La unidad viene del Espíritu Santo

La unidad viene del Espíritu Santo
En el Salmo Responsorial de hoy, nosotros cantamos alegremente:"Somos su pueblo y ovejas de su rebaño". San Pablo dice en la primera lectura que el Espíritu Santo nos toma a todos nosotros - las muchas partes del cuerpo cristiano (Católicos y Protestantes, liberales y conservadores) y nos hace uno. ¡No es interesante que esto llegue el día después de que la Iglesia nos da una escritura acerca de la división! (Cf. 1 Corintios 11:17-26.)

La unidad viene del Espíritu Santo. No nos podemos reunir en La Eucaristía como una comunidad por nuestro propio poder, dejado a nuestra fuerza de voluntad que nos domine; lo más probable es que nos quedaríamos a dormir hasta tarde los domingos y después escojamos recuperarnos con las tareas de la semana en lugar de ir a la iglesia. Y si escogemos asistir a Misa por obligación, dejado a nuestra propia fuerza de voluntad, nosotros probablemente entraremos como un solo individuo "calentando la banca" y participaremos de ser posible en "la comunión" sin importarnos los demas, y después saldremos corriendo o antes de la bendicion, aunque la "comunión" significa estar en comunidad.

Dios nos diseñó para vivir en comunidad. Por eso los obispos del Concilio de Vaticano II escribieron, en el Decreto del Apostolado del Laicado(párrafo. 18): "...ha sido el placer de Dios reunir a los que creen en Cristo y hacer de ellos las Personas de Dios". Dios construyó en nuestros corazones una necesidad de comunidad.

¿ Por lo tanto no estamos satisfechos cuando nuestros amigos de fe son muy pocos. No nos sentimos lo suficiente amados cuando nos ocultamos detrás de las paredes del aislamiento. Aunque tenemos que tener tiempo sólo con Dios para experimentar su amor supremo, nosotros también necesitamos tomar parte en la vida comunitaria para experimentar el suficiente amor de Dios.

Cuándo nos sentimos solos, o cuando nuestras oraciones no son contestadas, o cuando Dios no nos da todo lo que necesitamos, es generalmente porque no nos hemos servido de toda la variedad de personas de nuestra comunidad de fe (parroquia, grupos de oración, comunidades) con las quien Dios trabaja.

Igualmente, cuando nuestros ministerios no están haciendo una grande diferencia como deberían, o cuando nos sentimos desgastados de hacer el trabajo del Señor, o cuando algunos de las necesidades de la parroquia o la diócesis no son cumplidas, es generalmente porque no estamos haciendo el trabajo en colaboración con los demás sirvientes de Dios. Los obispos hablaron de eso, también, en el mismo párrafo decimo-octavo del decreta del laicado: Como somos "sociables por naturaleza" y Dios nos ha reunido en un solo cuerpo (iglesia); los ministerios son más efectivos cuándo los lideres permiten la colaboración: "...ofrecen una señal de la comunión y la unidad de la Iglesia en Cristo".

Dios nunca nos llama a servirlo como solitarios: "Por esa razón los cristianos ejercitarán su apostolado en un espíritu de concordia. Ellos serán apóstoles... en las asociaciones libres que ellos habrán decidido formar entre sí. ... El apostolado pide la acción concertada".

Todos nosotros en la comunidad católica - los sacerdotes, los diáconos, religiosos, y el laicado - debemos ofrecer nuestro talento extraordinario e individual uno al otro en un espíritu de colaboración por el bien del trabajo de la Iglesia. Y todos los otros en el resto de la comunidad cristiana - católicos y protestantes de todas denominaciones - debemos formar las colaboraciones para que podamos predicar al mundo que el amor de Cristo conquista todas las divisiones.

Esto es sólo posible, sin embargo, solo por medio del Espíritu de la colaboración, que nos hace uno.

Reflexión de Las Buenas Nuevas Martes de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario 18 de septiembre, 2012

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Modica
La unidad viene del Espíritu Santo 2

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día: 1 Corintios 12:12-14, 27-31a Salmo 100:1b-5 Lucas 7:11-17