La alegría de amar a tus enemigos

amar al enemigo

¿Quién te ha maldecido? ¡Bendícelos! ¿Quién te ha maltratado? ¡Ruega por ellos! ¿Quién te ha quitado algo injustamente? ¡Dales más! ¿Quién ha sido un enemigo contigo? Ámalos de la manera que ellos deberían amarte pero no lo hacen.

Ay, yo no disfruto vivir así. ¿Pero quien dice que tenemos que disfrutar todo lo que hacemos? Jesús ciertamente no disfrutó su cruz. El camino a la cruz es lo que separa lo santo de lo terrenal. ¡Como dice Jesús en la historia del Evangelio de hoy, "Si amas a los que te aman, que merito hay en eso! Aún los pecadores hacen eso". Somos santos - es decir, diferentes del mundo porque seguimos a Cristo - en la manera que tratamos a los que no nos aman: una manera sana, una manera compasiva, a la manera de Cristo.

Jesús deletreó muy claro que para ser hijos del Dios más Alto, nosotros tenemos que ser amables con los desagradecidos y los malvados, tal como nuestro Papá Divino. Tenemos que ser misericordiosos, como nuestro Padre en cuya imagen fuimos creados.

Disfrutar de lo que hacemos no es siempre posible, pero la alegría si es posible. La alegría cristiana (la alegría de Cristo) viene de apoyarse en Cristo, porque él está lleno de amor por nosotros. Nosotros nunca seremos amados lo suficiente por los demás, pero podemos estar llenos de amor - la elección es nuestra. Dando amor a los demás sin importar como nos tratan, nos sumergimos completamente en el amor de Cristo. ¡Lo qué damos es lo que recibimos, porque Dios es amor, y cuando damos amor aún a los que no lo merecen, recibimos a Dios, quien es la única fuente de amor verdadero y alegría verdadera!

Jesús dijo que la medida con la que medimos también se usara para medirnos. Si medimos sólo dosis pequeñas de amor (pequeños actos de bondad, perdón condicional, las porciones sobrantes de nuestro dinero y posesiones, etc.), tenemos una conexión tan pequeña con Dios que no recibimos todo lo que él puede dar. Pero si somos generosos, si la taza de medir parece no tener fondo, es porque estamos llenos de Dios. Su misericordia, su perdón, su amor, sus regalos, su ayuda, su todo es dado a nosotros en medida buena, embolsado todo junto, y hasta derramándose a la vida de los demás.

No importa lo que los demás nos hagan, Dios es bueno con nosotros. ¡Cuándo ellos nos maldicen y nosotros los bendecimos, Dios nos bendice, y como lo que él bendice llega a ser sagrado, nosotros llegamos a serlo - ay! - benditos santos. Cuándo ellos nos maltratan y nosotros rogamos por ellos, Jesús ruega por nosotros - por nuestras necesidades y por nuestra sanación - y el Padre nunca dirá que no a su Hijo. Cuándo ellos toman algo de nosotros injustamente y nosotros les damos más de lo que ellos demandan, Dios nos da más de lo que necesitamos.

¡Así es cuánto nos ama Dios! ¡Ay qué alegría!

Reflexión de Las Buenas Nuevas

Jueves de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

13 de septiembre, 2012

Memorial de San Juan Crisóstomo

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Módica

amar a todos

Reflexiones para el Alma Efesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.

Lecturas del Día:

1 Corintios 8:1b-7, 11-13

Salmo 139:1b-3, 13-14ab, 23-24

Lucas 6:27-38

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