Benditos sean los perseguidos



Benditos sean los perseguidos

 
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús dice a sus discípulos (incluyéndote a ti y a mi), "los perseguirán"así que acostúmbrense, acéptenlo, y recuerden que perseverando - conmigo al lado - (dice Jesús) su vida eterna, en la gloria del cielo, está segura.

Él dijo que seríamos convocados en sinagogas, que en el tiempo de Jesús era como a un niño ahora, ser enviado a la oficina del director del colegio o escuela, en la primaria. ¡(Sí, el pequeño niño en nosotros se puede identificar con eso)!

Quizás has sido llamado a la oficina de tú empleador después de haber rezado con tus colegas o compañeros de trabajo. O quizás tú trabajo ha sido amenazado porque te niegas a cooperar con actividades de negocio ilegales e inmorales.

Quizás personas te han criticado y se han enfurecido contigo y te han insultado porque hablaste en contra del aborto o de matrimonios del mismo sexo. O has tenido que soportar los esfuerzos de alguien más para "corregirte" acerca de sus equivocaciones de las creencias católicas. A mi me han dicho: "Deja de escribir todo este material engañoso acerca de este hombre que ni siquiera vive, llamado Jesús. (Además, me dijo...) He estado tratando de deslavarle el cerebro a mi amigo que lee tus reflexiones".

Las personas nos persiguen porque ellos no comprenden. Recuerda lo que Jesús dijo mientras estaba colgado en la cruz: "Padre, perdónalos, porque ellos no saben lo que hacen". Por si acaso a ellos les enseñaron a creer los engaños o si han escogido conscientemente rechazar la verdad, nosotros debemos continuar amándolos. Nosotros no podemos cambiar su opinión discutiendo con ellos, pero nosotros les podemos revelarles a Jesús dándoles persistentemente su amor por medio de nuestras acciones.

Cuándo es momento de retroceder nuestras acciones con palabras inspiradas en el Espíritu Santo, nosotros no debemos de preocuparnos. Si somos llamados a la oficina (o donde sea que este nuestra "sinagoga") por motivo de nuestra cristiandad, nosotros perdonamos primero y después abrimos las bocas,dependiendo del Espíritu Santo para que nos de palabras sanas y cariñosas que nuestros adversarios no podrán contradecir. ¡Ah!, ellos quizás persistan en no estar de acuerdo con nosotros, así como los escribas y los Fariseos lo hicieron con Jesús. A las orejas de los no cristianos, quizás hasta suene como que ellos nos derrotaron, pero ellos no pueden cambiar la verdad por mucho que lo intenten.

La verdad es la sustancia más dura en el universo.  Es inalterable, indestructible, irrompible. Mientras la verdad sale de nuestras bocas y el contraste de la mala interpretación de la verdad sale de nuestros adversarios, si ellos verdaderamente buscan saber la verdad, ellos experimentarán la claridad.

Los perseguidores nos recuerdan que estamos haciendo BIEN el trabajo del Señor. Cuándo NO somos perseguidos, es porque vivimos una versión de la verdad tan diluida que nadie alrededor de nosotros se siente desafiado por la verdad. Benditos sean los perseguidos.   

Reflexión de Las Buenas Nuevas 
Miércoles de la Trigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario 
28 de noviembre, 2012
Benditos sean los perseguidos 1
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva,http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
La Puerta de la Fe
Fe
  1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y  permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida.
  2. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14).
  3. El año de la fe. Comenzó el 11 de oct de 2012, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de nov de 2013.
  4. En esta perspectiva, el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31).
  5. Confiemos a la Madre de Dios, proclamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45), este tiempo de gracia.
BENEDICTUS PP. XVI (convocatoria al año de la fe)

Lecturas del Día:
Apocalipsis 15:1-4
Salmo 98:1-3, 7-9
Lucas 21:12-19