Jesús siempre se preocupa por ti

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 La gloria sea al Señor, porque él ha hecho cosas maravillosas-por TI! Únete en canto con el salmista del Responsorial de hoy; Canta al Señor una nueva canción. El Señor te ha dado a conocer su salvación. Así es, él ha dejado muy claro que se preocupa por ti. ¿Cómo? El dio su propia vida por ti (como lo oímos en la primera lectura) para salvarte de la destrucción de tus pecados, y la próxima vez que el aparezca, él te traerá la salvación eterna-EL CIELO.

Aunque la escritura habla de la segunda venida de Cristo, también se refiere a tú vida aquí y ahora, como lo hacen todas las escrituras, porque Jesús siempre está contigo.
No tenemos que ser visionarios para ver a Jesús. Él viene a nosotros en la humilde forma del pan y vino, con toda su humanidad y divinidad misteriosamente envueltas en el regalo de la Misa. Durante las oraciones de consagración del sacerdote, pídele a Jesús que se te "aparezca". Devotamente encomienda tú imaginación al Espíritu Santo y veras lo que sucede.

A veces cuando yo hago esto, si el me llama a una nueva tarea o un día muy ocupado, yo me lo imagino señalándome como diciéndome ¡"Ándale" Apurémonos! ¡Tenemos una tarea que hacer para el Reino"! Otras veces, el estrecha sus brazos para darme la bienvenida y abrazarme. A veces yo lo puedo sentir sonriéndome o rezando por mi o recordándome de que él ya es victorioso en las dificultades que me causan angustia.
También podemos ver su Presencia Verdadera en las personas. Porque cada persona bautizada es un "tabernáculo" terrenal donde habita Cristo, podemos encontrarnos con él en los demás, incluyendo a los que no nos caen bien, si nos acordamos de mirar por debajo de la superficie. El también viene a nosotros en hermosas puestas de sol, en nuestras meditaciones privadas, en la Palabra que es leída en Misa y _______________ (llena el espacio vacío; ¿cómo se revela él a ti?).
Jesús siempre intercede por ti. Él trabaja detrás del escenario y en las líneas de frente para ayudarte. Él está más preocupado que tú por los males que sufres.

Siempre que recurrimos a él para pedirle su ayuda, él entra fácilmente a "la casa del hombre fuerte" y desecha el lugar, tirando todas las armas que han sido utilizadas contra nosotros, refrenando cada espíritu malo que trabaja para el "hombre fuerte" (como en la lectura del Evangelio de hoy). Y entre más purificamos nuestros corazones y trabajamos en llegar a ser más santos, más esto hará una diferencia duradera.
Jesús todavía no ha venido a traernos la plenitud de la salvación. El hará eso cuando muramos (a menos que su Segunda Venida suceda primero). Pero mientras tanto, podemos estar seguros de que él está ocupado interviniendo por nosotros en nuestras situaciones actualesLas cosas quizás parezcan desastrosas o quizás parezca que la vida no es como debe ser, pero si quitamos nuestros ojos del mal y mejor miramos a Jesús, nosotros veremos y sentiremos el amor victorioso de nuestro Salvador.


Reflexión de Las Buenas Nuevas
Lunes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario
28 de enero, 2013

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Módica

Memorial del día: Santos Timoteo y Tito

Lecturas del Día:
2 Timoteo 1:1-8 o Tito 1:1-5
Salmo 96:1-3, 7-8a, 10
Marcos 3:22-30
LAS BENDICIONES
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).
Bendíganse en todo momento,
al despedirse, al acostarse, al saludarse...
Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga. 

 
Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.

"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).
"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)
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