El regalo sanador de la muerte de Cristo


 
Durante los siglos desde su muerte y resurrección, Jesús ha revelado a los místicos que los que meditan en su Pasión son muy queridos por él. San Agustín escribió que "no hay ocupación más provechosa para el alma que meditar diariamente en la Pasión de Nuestro Señor".
Los crucifijos que vemos hoy son las versiones limpias del tormento horrible que Nuestro Señor sufrió por amor a nosotros. Hoy, medita en este amor, este amor tremendo. Él se sujetó con gusto y conscientemente a los dolores intensos porque él te ama y él sabía que te haría mucho bien.
Este es un regalo tremendo que Jesús te ha dado a ti y a mí y a todos los que lo aceptan. Lee el pasaje del Evangelio de hoy mientras meditas en el hecho de que cada onza de dolor que él sufrió fue ofrecida para tu beneficio para que tus pecados no te destruyan.

¡Así es como eres de importante para Dios! ¡Así es cuánto él se preocupa por ti! 
Mirar a Jesús en la Cruz debe curar todo nuestro bajo estima, porque muestra cuán sumamente él nos estima. ¿Ya que él ha hecho esto por ti, no crees que él también hará todo lo demás, si es verdaderamente algo bueno para ti?
¿Qué sufrimientos han causado que dudes de ti mismo o que no sientas simpatía por ti o que te sientas mal de ti mismo? Llévalos a la Cruz. ¿Cómo? Imagínate que se los das a un soldado. Ahora, míralo clavarlos en las manos y pies de tu amado Salvador.

Permite que estas heridas se mueran con Jesús; no importa cuánto te han lastimado, él ya ha tomado la fuerza de las palizas por ti. En los servicios de viernes Santo de la Iglesia Católica, nosotros veneramos la Cruz besándola. Permite que tu beso sea un regalo de "gracias" a Jesús.

Después descansa en el silencio de la tumba con Jesús en el Sábado de Gloria. Descansa en la verdad de cuán valioso eres para el Señor. ¡En el Domingo de Resurrección, al celebrar alegremente su resurrección, él tiene una resurrección gloriosa para ti!
Paso un rato sagrado con Jesús hoy dándole una lista de todas las maneras en que te sientes mal de ti mismo. Pon en la lista a las personas que te han ridiculizado y que te han insultado. Lista los momentos en que te has sentido sin valor. Lista las razones por las que sientes que no eres digno de ser querido. Lista todo lo que te causa tener un bajo estima.
Después mientras miras una cruz, medita en el regalo del amor sacrificado que Jesús te ha dado a ti. ¡Recuerda, él se sujetó con gusto y conscientemente a dolores intensos porque él te ama! ¡Él sabía que esto te traería al reino de Dios donde él podría pasar la eternidad contigo! 

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes Santo, Celebración de la Pasión de Cristo
29 de marzo, 2013

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2012 por Terry A. Modica
  

La puerta de la fe
 «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida.
  1. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf.Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14).
  2. Año de la fe. Comenzó el pasado 11 de oct de 2012, terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de nov de 2013.
  3. En esta perspectiva, el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31).
  4. Confiemos a la Madre de Dios, proclamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45), este tiempo de gracia.
                     BENEDICTUS PP. XVI (convocatoria al año de la fe)
  

Lecturas del Día:
 
Isaías 52:13 -- 53:12
Salmo 31:2, 6, 12-13, 15-17, 25
Hebreos 4:14-16; 5:7-9
Juan 18:1 - 19:42