Sembrando las semillas correctas




 Usualmente miramos el Evangelio de hoy y nos sentimos retados a preguntar: "Qué tipo de tierra soy yo? O evaluamos a alguien más y pensamos: "no es de extrañar que la verdad no le está entrando"; su tierra está apelmazada." En este momento, sin embargo pongamos nuestros pies en las sandalias del sembrador y preguntémonos: "Qué clase de semilla estoy sembrando? 
Y la estoy sembrando en los lugares correctos?"

Un buen granjero conoce su ambiente. El investiga y estudia la tierra, el clima, inclusive el uso que se le ha dado en el pasado. El aprende que crecerá mejor en la localización donde él siembra. El presta atención a su propia sabiduría, por ejemplo, qué tipo de cosecha el entiende más. Y él no trata de sembrar otras cosechas.
Cuáles semillas en el reino de Dios tú ya tienes que puedas ofrecer al ambiente donde vives y trabajas y te recreas?

No trates de producir los frutos que otros son buenos cosechándolos, a pesar de que disfrutes su sabor. No envidies a otros por lo que ellos están sembrando. En cambio, estudia tu propia finca: Qué experiencias has ganado que puedan servir a las necesidades de los otros? Siembra esas semillas. Qué lecciones has aprendido de una manera dura que podría beneficiar las personas que ahora están en la misma situación? Siembra esas semillas. Cuáles talentos son naturales para ti? Siembra esas semillas. Qué sabiduría has ganado en crecimiento espiritual? Esos son semillas maravillosas! 



Un buen granjero no desperdicia las semillas tirándolas en la carretera o en las rocas o entre zarzas y malas hierbas. No siembres las semillas de las experiencias de tu vida en aquellos que no están listos para aprender de tus fracasos; eso sería como sembrar tus semillas en la carretera.
No siembres tus talentos en lugares rocosos donde tus regalos no tendrán valor. En cambio, considera cómo ellos podrían ser usados para ayudar la comunidad de la Iglesia; ahí es donde encuentras tierra fértil.

Y cuando alguien pregunte por tu opinión y sabiduría porque ellos reconocen que tú tienes fe, mira por evidencia de que ellos realmente quieren el uso de tu sabiduría. Si ellos no son sinceros, no trates de ayudarles; eso sería como sembrar las semillas entre las zarzas. Reserva las semillas para aquellos que muestren un deseo sincero y humilde de mejorar.

Recuerda, las semillas son pequeñas.  Ellas pueden parecer muy pequeñas para que sean valoradas. No te dejes engañar por su apariencia. Tú sabes el potencial que está en cada semilla, especialmente cuando Dios provee la lluvia que las nutre. Tú tienes muchas semillas valiosas para regar a tu alrededor! 

Siembra en los lugares correctos, Dios hará crecer una cosecha inmensa de ellas. Eventualmente, tú verás muchos frutos encantadores venir de tus pequeños ofrecimientos - aunque en muchos casos, tendrás que esperar hasta llegar al cielo para ver la gran diferencia que has hecho. Nunca te desanimes por la falta de evidencia ahora. Sigue sembrando!.
Reflexiónes de las Buenas Nuevas
Viernes de la 16va Semana del Tiempo Ordinario
Julio 26, 2013
Memorial de Santa Ana y San Joaquin

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
© 2012 por Terry A. Modica



Reflexiones para el Alma  

"Una hora de visita al 
SANTÍSIMO a la semana nos da la gracia de vivir 168 horas felizmente"

(Solo 1/168 parte del tiempo semanal)

Matemáticas para el Alma.
"Si queremos evangelizar al mundo, cada uno de nosotros debe empezar por tratar de convertirse en santo."
~ Arzobispo John Patrick Foley

 
Lecturas de hoy: 
Exódo 20:1-17 
Salmo 19:8-11 (con Juan 6:68c) 
Mateo 13:18-23