Piensa en un área de tu vida que está en oscuridad, confusión o desorden. ¿Qué puede transformar esto en santidad, claridad de entendimiento y paz?
El evangelio de hoy nos muestra la respuesta: La luz de Cristo. Su transfiguración en el Monte Tabor fue una forma visible de su santidad perfecta, su amor puro, y su humanidad completamente-viva y unida a su divinidad.
Cuando nosotros permitimos que la santa Luz de Cristo exponga las áreas de nuestras vidas que están en pecado, la oscuridad rápidamente se disipa. ¿Por qué? Porque la oscuridad es más débil que la luz. El Pecado - inclusive nuestro más terco pecado - es más débil que el Espíritu Santo de Cristo quien vive en nosotros cuando estamos en La Gracia de Dios.
Con frecuencia, la razón por la que NO enfrentamos nuestros pecados y NO trabajamos para superarlos es por la ignorancia acerca de cuánta ayuda Dios nos dará. Nosotros queremos ser santos, pero admitir nuestros pecados, es como una batalla, un problema difícil entre la llamada Cristiana a ser como Jesús y las tendencias vergonzosas de la naturaleza de nuestra carne. No estamos a la altura; pensamos que no tenemos la fuerza de santidad necesaria para ganar esta batalla.
Estamos equivocados. ¡Sí podemos hacerlo! Esta batalla ya ha sido ganada hace más de 2000 años atrás, cuando Jesús resucitó de entre los muertos y destruyó el poder del pecado. Como la primera lectura de hoy nos dice, el "hijo de hombre" Jesucristo tiene un dominio duradero que no se quitará y su reino no será destruido, o no tendrá fin. Su luz divina que impregna nuestras almas humanas vencerá fácilmente la oscuridad y restaurará el reino de Dios en nosotros.
¿Por qué? Porque nosotros actualmente deseamos escucharlo, como el Padre nos pidió hacerlo cuando él afirmó el señorío de Cristo en el monte Tabor
La transfiguración ocurre una y otra vez - en nosotros hoy - cada vez que escuchamos a Jesús y le permitimos iluminarnos.
¿Cuál es la fuente de oscuridad en tu vida? Pídele a Jesús que la penetre con la luz de la verdad, la cual hará tu alma libre para ser santa. Algunas veces esto significa caminar profundo y más profundo para descubrir la raíz de la tendencia pecadora. Capa por capa, Jesús te hará libre.
¿Qué te está robando tu paz? Pídele a Jesús que brille su santa luz de amor sobre él y acepta lo que implica. ¿Qué te hace tener miedo de admitir tus pecados y exponerlos al poder sanador del Sacramento de la Reconciliación? Deja que la luz de la misericordia de Cristo te transfigure.
Tú transfiguración personal es tu liberación, su naturaleza bautiza, la presencia divina de Dios en ti. Recuerda, tú fuiste creado a su imagen y semejanza, y los sacramentos son regalos de Dios para restaurarte a la plenitud de la vida que él ha creado, para que tú la vivas. Se honesto contigo mismo. Hazte tú mismo disponible al poder transformante de Cristo en La Reconciliación.
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 18a semana en Tiempo Ordinario
Agosto 6, 2013
Fiesta de la transfiguración del Señor
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html
© 2013 por Terry A. Modica |