Nuestro salmo responsorial de hoy dice: " El Señor ha dado a conocer su salvación. " ¿Qué necesitas para salvar tu vida hoy?
Si queremos que Jesús nos salve de cualquier mal que está sucediendo en nuestras vidas, bueno, ¿qué estamos esperando? Él ya ha hecho su ayuda a nuestro alcance! Si queremos que nos libre de la confusión interna o ansiedad o adicciones u otros problemas de discapacidad que tienen poder sobre nosotros,¿por qué seguimos dudando?
Él ya ha ofrecido su poder para vencerlo!
¿Permitimos que la buena noticia de Jesús penetre en todos los ámbitos de nuestras vidas? ¿Es realmente el Señor de nuestras vidas - por completo?
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos advierte que el ejemplo de arrepentimiento dado por los habitantes de Nínive es una condena de aquellos que se niegan a hacer uso de su poder salvador. Siempre hay un montón de signos cuando estamos haciendo algo mal, y normalmente los pecadores no arrepentidos rechazan todos los signos que no quieren ver.
Los ninivitas de hoy en día son los que nos hemos convertido con mucho entusiasmo al amor salvador de Dios, después de reconocer nuestros pecados y volvernos a Dios y encontrando su perdón y misericordia. Estamos muy emocionados porque trabajamos muy duro para permanecer en Dios y rechazar formas impías. Otros nos llaman "fanáticos religiosos", porque se sienten incómodos alrededor de nuestro ejemplo de santidad. Nuestro celo por la vida santa se siente como condenación para los que no quieren vivir de la misma manera.
No nos desanimemos porque nos dicen fanáticos. Pero tampoco podemos juzgar el corazón de un NO llamado fanático, porque podríamos estar condenándonos a nosotros mismos!
Hace años, fui testigo de una señora que todas las mañanas se arrastraba de rodillas por la iglesia en un piso muy duro mientras rezaba todas las estaciones del Vía Crucis. ¿Era demasiado fanática? ¿O era más bien que estaba dispuesta a ofrecer este tipo de penitencia por sí misma?
Cuando pecamos, estamos condenando a otras personas; pero si tomamos la decisión de no ofender más a Dios estamos evitando que otras personas cometan el mismo pecado. Pero si creemos en la señal de Jonás (la muerte y resurrección de Jesús), estamos libres de esta condena. No hay condenación cuando le damos a Cristo el completo señorío sobre nuestras vidas, debemos aumentar nuestro celo por la santidad y practicar una fe cargado de amor y poder de Dios.
Un fanático verdadero (sano y santo) es un cristiano que está entusiasmado con la colaboración impresionante de "Dios y yo" trabajar juntos para superar cualquier confusión interna, cada fuente de ansiedad, cada adicción, y todos los demás problemas de discapacidad, al tiempo que reconocemos que se trata de un proceso largo y sin condenar a los que no trabajan en sus propias purificaciones más rápido.
Señor, ayúdame a ser más fanático!
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la Semana 28 del Tiempo Ordinario
14 de octubre 2013
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva
http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013.
© 2013 por Terry A. Modica
NOTA DE PUNTADAS CATOLICAS:
Alguien me dijo que era fanática porque realicé una penitencia. Y de inmediato contesté que no lo soy. Para mí fanatismo es alguien que está dispuesto a ir contra cualquiera por su religión (ésto es el concepto que he aprendido) pero si me voy a las raíces de la palabra "fan" (seguidor) me doy cuenta que si soy un verdadero cristiano, soy una fanática de Cristo Jesús.
El realizar penitencia no es ir contra otros ni contra uno mismo, sino un acto de disminuirse uno mismo, para que Cristo crezca dentro de mí. Es entregar a Cristo Jesús algo de lo que me cuesta desprenderme para asemejarme a El lo más posible.
¿Porqué? Simplemente porque me doy cuenta del gran amor de El hacia mí.
¿Cómo no ser fan de alguien que me ama tanto, al punto de entregarse por mí?
Si queremos que Jesús nos salve de cualquier mal que está sucediendo en nuestras vidas, bueno, ¿qué estamos esperando? Él ya ha hecho su ayuda a nuestro alcance! Si queremos que nos libre de la confusión interna o ansiedad o adicciones u otros problemas de discapacidad que tienen poder sobre nosotros,¿por qué seguimos dudando?
Él ya ha ofrecido su poder para vencerlo!
¿Permitimos que la buena noticia de Jesús penetre en todos los ámbitos de nuestras vidas? ¿Es realmente el Señor de nuestras vidas - por completo?
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús nos advierte que el ejemplo de arrepentimiento dado por los habitantes de Nínive es una condena de aquellos que se niegan a hacer uso de su poder salvador. Siempre hay un montón de signos cuando estamos haciendo algo mal, y normalmente los pecadores no arrepentidos rechazan todos los signos que no quieren ver.
Los ninivitas de hoy en día son los que nos hemos convertido con mucho entusiasmo al amor salvador de Dios, después de reconocer nuestros pecados y volvernos a Dios y encontrando su perdón y misericordia. Estamos muy emocionados porque trabajamos muy duro para permanecer en Dios y rechazar formas impías. Otros nos llaman "fanáticos religiosos", porque se sienten incómodos alrededor de nuestro ejemplo de santidad. Nuestro celo por la vida santa se siente como condenación para los que no quieren vivir de la misma manera.
No nos desanimemos porque nos dicen fanáticos. Pero tampoco podemos juzgar el corazón de un NO llamado fanático, porque podríamos estar condenándonos a nosotros mismos!
Hace años, fui testigo de una señora que todas las mañanas se arrastraba de rodillas por la iglesia en un piso muy duro mientras rezaba todas las estaciones del Vía Crucis. ¿Era demasiado fanática? ¿O era más bien que estaba dispuesta a ofrecer este tipo de penitencia por sí misma?
Cuando pecamos, estamos condenando a otras personas; pero si tomamos la decisión de no ofender más a Dios estamos evitando que otras personas cometan el mismo pecado. Pero si creemos en la señal de Jonás (la muerte y resurrección de Jesús), estamos libres de esta condena. No hay condenación cuando le damos a Cristo el completo señorío sobre nuestras vidas, debemos aumentar nuestro celo por la santidad y practicar una fe cargado de amor y poder de Dios.
Un fanático verdadero (sano y santo) es un cristiano que está entusiasmado con la colaboración impresionante de "Dios y yo" trabajar juntos para superar cualquier confusión interna, cada fuente de ansiedad, cada adicción, y todos los demás problemas de discapacidad, al tiempo que reconocemos que se trata de un proceso largo y sin condenar a los que no trabajan en sus propias purificaciones más rápido.
Señor, ayúdame a ser más fanático!
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la Semana 28 del Tiempo Ordinario
14 de octubre 2013
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva
http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013.
© 2013 por Terry A. Modica
NOTA DE PUNTADAS CATOLICAS:
Alguien me dijo que era fanática porque realicé una penitencia. Y de inmediato contesté que no lo soy. Para mí fanatismo es alguien que está dispuesto a ir contra cualquiera por su religión (ésto es el concepto que he aprendido) pero si me voy a las raíces de la palabra "fan" (seguidor) me doy cuenta que si soy un verdadero cristiano, soy una fanática de Cristo Jesús.
El realizar penitencia no es ir contra otros ni contra uno mismo, sino un acto de disminuirse uno mismo, para que Cristo crezca dentro de mí. Es entregar a Cristo Jesús algo de lo que me cuesta desprenderme para asemejarme a El lo más posible.
¿Porqué? Simplemente porque me doy cuenta del gran amor de El hacia mí.
¿Cómo no ser fan de alguien que me ama tanto, al punto de entregarse por mí?
Lecturas de hoy:
Romanos 1:1-7
Salmo 98:1-4
Lucas 11:29-32
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