Ora contra el mal



 
La escena en la primera lectura de hoy toma lugar después que los ninivitas se convirtieron. Jonás quería la revancha, no misericordia, para aquellos quienes habían causado daño a su gente. Pero Dios estaba preocupado por los Ninivitas, quienes, "no podían distinguir lo derecho de lo izquierdo" (lo bueno de lo malo), es decir, ellos habían formado sus conciencias, pobremente.

Él está también preocupado hoy por los malhechores que conocemos. Todo fue hecho a imagen de Dios, pero ellos no conocen la diferencia entre la mano derecha de la izquierda. Sucumbir en el espíritu del enemigo hace la gente muy, pero muy estúpida, tan estúpida que no puede entender la verdad cuando se las dicen en la cara o toca sus corazones. Por supuesto ¡Dios también se preocupa por ellos! Él también es el Padre de ellos.

¿Vamos nosotros también a alegar como Jonás? O ¿vamos a convertir nuestras preocupaciones en oraciones, como en la lectura del Evangelio de hoy? Recuerda, esta oración es dicha en plural: NO se hizo para ser rezada sólo para el beneficio individualEstamos supuestos a usarla como una oración para otros también.

PADRE NUESTRO - Papi, Padre de todos nosotros, tu amas todos tus hijos, inclusive aquellos que no te conocen.

QUE ESTAS EN LOS CIELOS - Tú eres el Señor de todos. Eventualmente, todos estaremos cara a cara con tu infinito amor y nos daremos cuenta lo poco que hemos amado. Ayúdanos a descubrir tu amor aquí en la tierra y convertirnos antes de que sea muy tarde.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE - Ayúdanos a reverenciarte y reconocer tu gran misericordia. Ayuda aquellos quienes, por su participación con el maligno, están en más necesidad de tu misericordia. Ayúdanos a alejarnos de todo lo que no viene de ti.

VENGA A NOSOTROS TU REINO. - Cualquier cosa que esté luchando contra tu reino, nuestro salvador Jesús ya lo ha defendido a través de la cruz y su resurrección. Pueda tu Sangre Preciosa cubrirnos de cada mal hechor por quien estoy rezando: rompe la fortaleza de Satanás y sana sus mentes y almas.

HÁGASE TU VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO. - Ayúdanos a todos a conocer tu voluntad, clara y precisamente, llénanos con un sello para hacer lo que Jesús nos pida. Danos gracias especiales para escuchar y acoger tu voluntad más profundamente.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA - Tú sabes qué necesitamos para entender y hacer tu voluntad. Ayúdanos a recibirlo y dejarnos ser nutridos por esto. Los malhechores están hambrientos de ti; usa las circunstancias de este día para ayudarlos a encontrarte.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS - perdónanos por caer en tentación y por permitirnos nosotros mismos estar confundidos sobre lo que es correcto y lo que está equivocado. Perdónanos por contribuir a la maldad en el mundo, con nuestras acciones sin amor y por la falta de acciones de amor.

COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN - Señor, yo perdono. Te pido, Padre misericordioso, perdonar a aquellos quienes han influenciado el mal sobre mí. Rompe las cadenas del odio y la violencia que sostiene a muchas personas de la mano de Satanás.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN - No permitas que ninguna de las  personas por las que yo estoy rezando mueran antes de reconocer y aceptar Tu amor. Ayúdanos a todos a volvernos como Jesús, quien es la encarnación humana del amor perfecto.

Y LIBRANOS DE TODO MAL - Líbrame y a todo el mundo de todas las tácticas del enemigo, rescata los malhechores de vivir como instrumentos de Satanás; hazlos libres para que disfruten a Jesucristo aquí en la tierra y luego eternamente en el cielo.

¡AMEN!
 
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Vigésima Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 9, 2013


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html 

© 2013 por Terry A. Modica


Las Bendiciones


"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.     Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos. 
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)   

Lecturas del Día:
  
Jonás 4:1-11 
Salmo 86:3-6, 9-10 (con 15) 
Lucas 11:1-4