Seguramente conoces la historia de José el soñador. Es muy conocida.
Yo recuerdo haber visto una obra de teatro sobre él. Que fué para mí algo muy bello, con buena música, buenos actores, iluminación y vestuario . Y nadamás.
Yo no conocía de la Palabra de Dios y por lo tanto, no pasó a dejar huella en mí. Ahora que he leído, escuchado sobre la gran historia de Dios y su pueblo amado, que es la historia de la humanidad en relación con su Creador, puedo ver a José de una manera distinta, puedo entender el porqué no hizo nada cuando sus hermanos lo apresaron, lo metieron a un pozo y finalmente lo vendieron como esclavo.
José tenía fé. José había soñado siempre que sus hermanos se inclinarían ante él, que él era una vara más alta que ellos. Esto en la cultura judía significaba que él sería el conductor y principal proveedor de la familia.
José seguramente no sabía cómo sucedería tal cosa, porque seguramente no podría ser siendo vendido como esclavo. Pero confiaba en Dios, en que seríal tal y como le fué anunciado en sue sueños.
Años después, José salvó a sus hermanos y familias de una gran sequía que amenazaba con aniquilarlos. José no guardaba rencor hacia sus hermanos, siempre los tenía presentes.
Cuando leemos el Evangelio de hoy, podemos ver a Jesús sabiendo lo que sucedería cuando les dijo que el Reino les sería quitado y dado a otros para que dieran mejores frutos.
Jesús sabía lo que hacía y lo que harían los otros. Confiaba en su Padre, en nuestro Padre y no dudó en seguir el camino que le era señalado.
Sabía que El era el salvador, sabía que através suyo su pueblo sería redimido. Y no dudo. Tan grande era su amor por nosotros.
Y cuán grande debió ser el arrepentimiento de los hermanos de José cuando al acudir a él, no les negó su ayuda. Y cuán grande debe ser nuestro arrepentimiento, cuando al acudir a Cristo, recibimos su auxilio suyo.
Jesús es más grande que José. En Cristo todo es llevado a la perfección. En El se cumple la Palabra de Dios en su totalidad. El es la Revelación.
El nos perdona y nos acoge con cariño y no nos recuerda siempre nuestro pecado, nos invita a compartir su gozo, nos invita a vivir en alegría puesto que lo hemos conocido.
Vayamos entonces sin miedo y contentos a su lado!!!
Sal 104,16-17.18-19.20-21
R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo.R/.
Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R/.
El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R/.
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma
Marzo 21, 2014
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