Salvado de morir



Nadie que haya recibido un gran bien,puede dejar de alabar a quien se lo hizo.
El Evangelio  de hoy, me lleva a rememorar un acontecimiento que me demostró el gran poder de Cristo.
La historia que cuenta el Evangelio puede ser la mía propia.

Cuando Cristo me sacó del foso en donde me encontraba, sentía la necesidad de orar y orar. Así que sabiendo que había un grupo de Adoración nocturna, me dirigí hacia ahí. Mi esposo me acompañaba.
Uno de mis hijos no hacia mucho caso a nuestras recomendaciones en ése tiempo. Llevaba 3 días sin casi dormir por andar con sus amigos sirviéndole de chofer.

Al salir de la Adoración, mi esposo llamó a mi hijo para ver dónde andaba. Le contestó llorando y muy asustado. Acababa de chocar, estuvo a punto de desbarrancarse al mar. El carro quedó inservible.

Gracias a Dios, él no recibió ni un razguño. Una roca que no estaba cuando pasaron él y sus amigos de ida, detuvo su caída al barranco de regreso a casa. Cuando pasaba por una curva, sus ojos se cerraron. Algo lo hizo abrirlos y al hacerlo, vió el mar frente a él,dió un virazo que lo llevó directo al pie del cerro en un terraplen.. Con la velocidad que llevaba y la cuneta del cerro, el carro viró hacia el desfiladero tomando más velocidad. De pronto, la piedra lo detuvo.

Podría pensarse que cosas así suceden a diario, pero justo cuando mi hijo fué salvado, mi esposo y yo estábamos hincados ante el altar juntos, orando a Dios.

Eso no hizo sino reafirmar mi fé, mi confianza en que Dios cuando se le pide con el corazón, responde. Desde ése día he puesto a mis hijos, a mi esposo en sus manos.

Siempre viví temerosa de que les sucediera algo. Ahora vivo tranquila. Oro diariamente para que no les suceda nada malo.
Vivo sin la ansiedad con la que viví por muchos años desde que perdí a mi primer hija a los dos meses de nacida.
Al nacer mis dos hijos después, siempre tuve la ansiedad en mi corazón, el miedo que me hacia querer sobreprotegerlos.

Crecieron normalmente, gracias a Dios. . El simple hecho de subirlos a un columpio, era una tortura para mí. Había visto a un primito caerse y lastimarse un brazo al hacerlo.

El que subieran por las escaleras peleando, me atemorizaba. Había caído yo misma al ser aventada por mi hermana peleando por el mejor lugar.
Sin embargo, ellos vivieron como niños normalmente. Dios me dió la fortaleza suficiente para sobreponerme a mis miedos en bien de mis hijos. Pero ésos miedos, minaron mi salud; no porque no les demostrara, no lo sentía.
Ahora es distinto. Como dice la primer lectura en Isaías: «Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear. Mirad: voy a transformar a Jerusalén en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos.»
Eso ha sucedido en mi vida desde que ando en el camino de Jesús. Todo es distinto. Ahora puedo dormir tranquilamente sin el miedo a que mis hijos les suceda algo malo. Sé que están en manos de Dios. Y ésas son las mejores manos.

Dios cumple sus promesas!!!
Antes de pedir algo de nosotros, El promete algo bueno como nos dice el Papa Francisco hoy.

Siempre te alabaré, Señor. El día que me olvide de hacerlo, por favor recuerdamelo.

Salmo 29,2.4.5-6.11-12a.13b

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor,
porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la Cuarta Semana de Cuaresma
Marzo 31, 2014

Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas© 2014


Lecturas de hoy:
Isaías 65, 17-21
Salmo 30, 2.4-6.11-13
Juan 4, 43-54


Sorpresa espiritual AQUI