Construyendo nuestra fe en comunidad




La primera lectura de hoy nos dice que tú y yo somos miembros del mismo reino - un "país" cuyos residentes incluyen santos en el cielo así como la familia ("hogar") de Dios que aún vive en la tierra. Con la ciudadanía vienen ciertas responsabilidades.
San Pablo dice: "Ustedes forman un edificio." El cimiento son los apóstoles y profetas; la cúpula es Jesús. ¿Qué parte del edificio eres?
¿Estás ya profundamente involucrado en el ministerio? Eres un pilar. ¿Cubres con tu oración o apoyo financiero a los ministerios que otros realizan? Eres parte del techo. O tal vez, eres una ventana a través de la cual los demás miran dentro y se dan cuenta que desean unirse a la Iglesia, o el alféizar de una ventana donde las personas se apoyan al buscar a Dios. Tal vez eres un hogar a leña, calentando a otros en la idea de tener fe en Dios, o uno de los ladrillos del hogar que impide que el peligro se propague.
¿Eres una alfombra que da comodidad a los pies que han estado caminando duros caminos? ¿Eres un altar por los sacrificios que haces por otros? ¿Eres una silla que da descanso a los demás? ¿Eres la cerradura que destraba el amor de Dios en los corazones de las personas? ¿Eres una lámpara de cristal derramando la luz de la verdad y dando un hermoso brillo? ¿Eres un teléfono que ayuda a otros a conectarse con Dios?
Imagina lo que sería este edificio sin ti. ¡Eres necesario, mi amigo! Eres muy, muy importante. Nunca hay suficientes teléfonos y lámparas y mullidas alfombras y otros ornamentos que hacen de la Casa de Dios lo que debe ser.
Muchos tratan de vivir en las afueras, pensando que pueden tener una buena relación con Dios sin ser parte de la comunidad Cristiana. Algunos sólo están de visita y no ayudan con las tareas. Y algunos protestan que el edificio es muy grande y que nadie va hacia ellos.
La única forma de experimentar el apoyo y el amor del hogar de Dios es involucrarse en la familia. Así es como nos convertimos en el "templo santo del Señor" en lugar de un puñado de gente desconectada que profesa la misma fe pero permanecen extraños. Si parece que la Iglesia tiene grietas, es porque algunos de los materiales de la construcción están faltando.
Mediante el amor de los unos por los otros y el espíritu de colaboración, somos "construidos en este templo, para llegar a ser la morada del Espíritu Santo." Así es como crece la fe. Nota que, en la lectura del Evangelio de hoy, Tomás vence sus dudas mientras está en comunidad. Aunque Tomás se había perdido la primera aparición de Cristo, Jesús no fue a él y se la apareció a él solo. Jesús esperó hasta que Tomás volvió a la comunidad.
¡Nunca subestimes que importante eres para la vida de la comunidad de tu Iglesia! 
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/
 © 2014 por Terry A. Módica

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Jueves de la 13° Semana del Tiempo Ordinario
Julio 3, 2014

Fiesta de Sto. Tomás, Apóstol

 Lecturas del día
Efesios  2: 19-22
Salmo 117: 1-2
Juan 20: 24-29 

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