En el pasaje del Evangelio de hoy, cuando Jesús comisionó a Pedro para que se convirtiera en la piedra sobre la que edificaría la Iglesia, le prometió que las puertas del infierno no prevalecerían nunca contra ella. Y bien, ¿ha cumplido su promesa? ¿O se siente más como que el territorio del diablo ha prevalecido en las decisiones de alguien que tú conoces? O ¿en tu vida personal o tu salud? O ¿en tu parroquia?
Jesús no dijo que el infierno no iba a ganar batallas contra la Iglesia. Él dijo que las puertas del infierno no iban a ganar. ¡Las puertas no atacan! Las puertas protegen lo que ha sido cercado manteniendo fuera a los que no son bienvenidos.
¿A quién protegen las puertas del infierno al mantener afuera a la Iglesia? A todo aquel a quien estamos llamados a evangelizar.
Los cristianos estamos llamados a tomar la ofensiva - hemos de atacar las mismas puertas del infierno, derribarlas, invadir en masa el territorio del enemigo con la espada del Espíritu (la Palabra de Dios) y llevar a las víctimas de Satanás a Cristo a través de nuestras oraciones, nuestra compromiso, y nuestro amor. Se supone que debemos estar ayudando a Jesús a rescatar a las personas de su antiguo mundo de pecado, apoyándolos ya que cojean mientras van hacia el reino de Dios, mostrándoles el camino y ayudarles a entender el mundo de la Fe verdadera.
Esa fue la misión de Cristo, y ahora es la misión de su Cuerpo en la tierra, la Iglesia (toda la Iglesia, tu incluido). Eso es la evangelización!
Cuando el territorio del diablo parece estar invadiendo - cuando los poderes de las tinieblas parecen estar conquistando la luz - es sólo porque estamos haciendo muy poco en y a través de Cristo. Somos el Cuerpo de Cristo en la tierra; somos las manos y los pies y las voces y los brazos que abrazan a otros con su amor.
Los demonios se aprovechan de las vulnerabilidades de los pecadores. Ellos usan las personas fáciles de tentar como instrumentos de sus estrategias contra el amor de Dios. Nosotros derrotamos esas estrategias siempre que encontramos una manera de llegar a los corazones de los pecadores con el amor de Cristo.
Dé una mirada honesta a lo que el diablo está haciendo en su parroquia. Piense en cómo usted ha sido herido por los pecados de otros. Recuerde sus preocupaciones para los que viven en tinieblas. En cada caso, ¿a quién está el diablo usando? (Nota: Yo no estoy hablando de la posesión demoníaca, simplemente me estoy refiriendo a la maldad que se logra cuando las personas no siguen los caminos de Dios.)
Identifique a las personas que son instrumentos del mal, y usted sabrá dónde encontrar las puertas del infierno. ¡Ve a derribarlas! Se requiere esfuerzo, se necesita mucha oración, y se necesita hacer equipo con otros que lucharán contigo en el ejército de Dios (Santos y ángeles, así como amigos de Dios aquí en la tierra).
También requiere persistencia, dando continuamente a los pecadores el amor incondicional de Dios junto con un montón de perdón mientras tomamos una postura firme contra las injusticias. Requiere sacrificio y la voluntad de resistir ataques. Pero, oh, ¡vale la pena! No hay mayor manera de vivir que como un guerrero victorioso del reino de Cristo
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad del grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/
© 2014 por Terry A. Módica
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Jueves de la semana 18 del Tiempo Ordinario
07 de Agosto 2014