Haz un análisis introspectivo de tu personalidad. Convive contigo mismo para aprender a conocerte.
Antes de tratar de conocer a las otras personas, trata de tomar conciencia de tus cualidades, defectos y manera de reaccionar a estímulos extremos. Haz un estudio crítico de tus pensamientos, propósitos, deseos y anhelos.
Nuestra mente es todavía un gran misterio por descubrir.
A partir del instante en que realmente te conoces, serás capaz de conocer a los demás.
La experiencia y la Palabra de Dios nos aseguran que vivimos en medio de influencias tanto negativas como positivas. Existe el instigador al mal, existen los que se dejan poseer por el odio y la perversidad. Y estas malas ondas vibran a nuestro alrededor y nos quieren envolver en sus redes. Pero hay una fuerza poderosa que te protege: la oración humilde, confiada y perseverante. Escucha este dulce mensaje de la Reina de la Paz:
“¡Queridos hijos!
Ustedes saben que yo les he prometido un oasis de paz.
Pero no saben que junto al oasis está el desierto, donde acecha Satanás y trata de tentarlos a cada uno de ustedes.
Queridos hijos, sólo con la oración ustedes serán capaces de vencer toda influencia de Satanás en el lugar donde viven.
Yo estoy con ustedes, pero no puedo privarlos de su libre voluntad.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina, escribió acertadamente:
“Un constante y silencioso milagro acontece, a cada hora, en los corazones de hombres y mujeres que han descubierto, con asombro, que la oración los enriquece con una continua corriente de fortaleza que los sostiene en sus vidas cotidianas”.
Busca en la oración fortaleza contra el mal.
* Enviado por el P. Natalio
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