Valora lo que tienes



Ser optimista es cultivar una visión serena de la vida que nos lleve a descubrir todo lo que hay de bueno, alegre y gratificante en medio de espinas y deficiencias. Desarrolla el sentido de la proporción y valora todo lo que tienes, porque existe la tentación de especializarse en detectar carencias y defectos, y todo lo sombrío y difícil de nuestro diario caminar.

A pesar de que eran ricos, Napoleón y Washington nunca contaron con una aspirina para el dolor de cabeza.
Simón Bolívar y San Martín jamás pudieron tomar un taxi cuando necesitaban llegar pronto a algún lugar.
Ni Cervantes, ni Dante, ni Shakespeare tuvieron una máquina de escribir.
Los vikingos viajaron sin brújulas y Colón no pudo llevar alimentos enlatados ni una heladera.
Julio César y Carlo Magno jamás comieron una pizza y tampoco disfrutaron del cine o la televisión.
Beethoven no pudo usar audífonos ni oír su música en un equipo de sonido.
Mozart no pudo grabar sus composiciones. Hipócrates y Galeno no tuvieron vacunas ni miles de avances médicos… ¡Y nosotros vivimos quejándonos!

Busca siempre la faz luminosa y positiva de los obstáculos y reveses de la vida. Piensa que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida. Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.

* Enviado por el P. Natalio



Hay cosas que nos gustaría que fueran diferentes.
Que las discusiones que nos dividieron en la familia no hubieran existido, que las traiciones que nos hirieron o destruyeron la confianza no hubieran pasado, o que el momento difícil por el que estamos pasando no sea tan duro y doloroso.

Todos queremos que nos vaya bien, que haya paz en nuestro corazón y que podamos afirmar sin ninguna duda que nos sentimos plenos y felices con lo que somos y vivimos. Pero no es así. En el mundo existe el mal, la división, el odio, los resentimientos y no lo podemos negar.

A veces el mal nos salpica sin que tengamos parte en él, y otras veces porque somos cómplices. Necesitamos estar muy atentos para no dejar crecer la cizaña que hay en nosotros y ocuparnos por hacer crecer el amor y la bondad que nos habita.

(P. Javier Rojas, SJ)