«Auméntanos la fe»


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Un regalo especial

Un niño es el regalo de Dios para tus días tristes. Es el movimiento y el torbellino de la vida que se agita, que salta, que corre, que sueña, que sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza, un por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. ¿Podríamos vivir sin su bullicio, sin sus sonrisas, sin la abismante profundidad de sus preguntas?

Hace un tiempo, una mamá castigó a su hijita de tres años por desperdiciar un rollo de papel de regalo dorado.
Entonces el dinero era escaso, por lo que se enfureció al ver que la niña trataba de envolver una caja para el árbol de Navidad. Sin embargo, por la mañana la niña le llevó el regalo a su mamá, y le dijo: "Esto es para ti, mamita".
Ella se sintió apenada por su reacción de ira, pero luego volvió a explotar al ver la caja totalmente vacía. Le gritó: "¿No sabes que al dar un regalo, se debe poner algo adentro?".
La pequeñita la miró hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: "Oh mamita, no estaba vacía, yo soplé besos adentro de la caja, todos para ti, mamita querida".
 La mamá se sintió morir. Abrazó a su niñita y le suplicó que la perdonara.
En una forma muy real, aunque invisible, cada uno de nosotros los humanos, hemos recibido una caja dorada, llena de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia y del mismo Dios. Nadie podría tener en propiedad un cofre más precioso. Cuando te sientas mal abre esa caja llena de cariño y sana las heridas de tu corazón.

* Enviado por el P. Natalio



Del Evangelio de hoy se destaca la frase de los apóstoles: «Auméntanos la fe». La fe tiene dos elementos: uno natural y otro sobrenatural.

El natural es la razón. Como dice la Biblia, para creer en Dios basta tener sentido común. Dice la Biblia «el que viendo la naturaleza ignora a Dios es un necio». Efectivamente, viendo las maravillas de la naturaleza caigo en la cuenta del talento y el poder del autor de la naturaleza.

El otro elemento de la fe es sobrenatural. Es la fuerza para vivirla. La fe tiene sus compromisos y para vivirlos hace falta fuerza. No basta una información intelectual. Hace falta fuerza para ser consecuente con la fe.

(Padre Jorge Loring S. J.)