La mayoría de nuestros temores, sobresaltos y ansiedades provienen de los fondos oscuros de nuestra alma.
La mente es capaz de dar a luz fantasmas alucinantes que luego torturan el corazón humano.
El hombre se siente de pronto atenazado por el terror, pero no se da cuenta de que tan sólo se trata de una subjetiva manía persecutoria, fruto de la mente.
Por lo tanto, debe percatarse de que sus ansiedades son sombras inexistentes y sus miedos puras quimeras, hijas de la mente; de que está dramatizando episodios insignificantes y de que se está atormentando por pesadillas sin fundamento (Larrañaga).
La imaginación creativa embellece la vida con sorpresas que ayudan a superar la monotonía diaria. Pero, puede también frenar tus decisiones fabricando castillos de dificultades en el aire o tal vez presentarte ventajas ilusorias y engañosas que terminan en desilusión y fracaso. El criterio para manejarte con sabiduría es la realidad objetiva y nada más.
* Enviado por el P. Natalio
Creo en mis sueños, hablo sobre mis sueños, pienso en mis sueños, hago planes para mis sueños, creo oportunidades para mis sueños y me veo ya en mis sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga realidad, es hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear oportunidades para él.
Hay un gran poder de voluntad que sigue a lo que imaginamos. Este poder de la voluntad nos permite seguir adelante a pesar de todos los obstáculos y los sueños que debieran tomarnos diez a veinte años en lograrlos, se cumplen en menos tiempo.
¡Los planes en papel no son suficientes para los sueños!
Simplemente veámonos actuando en lo que nos hemos imaginado y para cuando estemos involucrados pensaremos que todavía estamos en el proceso de imaginárnoslo.
Lo que creemos es lo que logramos. Lo que imaginamos es lo que llegamos a ser. Lo que pensamos es lo que experimentamos.