Bolsa de zozobras
Elimina hoy de tu agenda dos días: ayer y mañana. Ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy puedas realizar. Hoy es la ocasión para enfrentarte a la vida con la convicción de que este día jamás volverá.
Opón hoy resistencia al pesimismo y conquista al mundo con una sonrisa, con la actitud positiva de esperar siempre lo mejor.
Un viajero llevaba una pesada bolsa y se quejaba sin cesar.
Caminaba despacio, gimiendo bajo su carga, cuando se le acercó un ángel y le preguntó: "Hermano, ¿qué llevas ahí?" Rezongando le dijo: "Mis zozobras".
El ángel sonrió con dulzura y le sugirió:
"Veamos la carga y analicemos tus zozobras"
Al abrir la bolsa vieron que estaba vacía.
"Estoy seguro, afirmó el viajero, que había dos cargas muy pesadas, insoportables para cualquiera; pero, me olvidé que una era de ayer y se fue".
"¿Y, la otra...?”, preguntó el ángel.
"La otra era de mañana y no llegó aún..."
Sonrió el ángel y suavemente le dijo:
"El hombre se dobla bajo el peso de las zozobras de ayer y de mañana.
El que se afana sólo por las cosas de hoy no necesita bolsa. Así dedicarás todo tu valor y energía a las actuales, y serás feliz”.
“Hoy haré de cada tarea ordinaria un expresión de excelencia, manifestando en cada momento la grandeza de mi ser. Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad, y la mirada en las estrellas para inventar mi porvenir. Hoy tendré tiempo de ser feliz y de convertir cada una de mis acciones en manifestaciones de bondad”.
* Enviado por el P. Natalio
Es muy importante que aprendamos a controlar la ira.
Tratar de mantenernos calmados y no ser violentos, aun siendo provocados. Deberíamos evitar las discusiones. Es que el ser humano, a veces, tiene impulsos incontrolables y si no los sabemos dominar pueden terminar en algún acto imprudente y peligroso.
Hay que evitar las peleas. Ante todo, somos seres racionales, y como tales, el diálogo tiene que ir siempre en primer lugar. Siempre recordemos que la violencia engendra más violencia.
Tratemos de mantenernos calmados en cualquier situación de discusión. Así nuestro antagonista quedará sorprendido con nuestra actitud y no tendrá argumentos para pelear.
Es una manera inteligente y pacífica de superar las diferencias.