¿Por qué no dedicas al Señor un lugar de tu casa donde en una mesita estén los signos que te recuerdan su presencia protectora?
Pon una Biblia, una imagen o estatuita de Jesús, un Rosario, una vela, algún santo de tu devoción… Y pide cada día para ti y todos tus seres queridos salud y consuelo, alegría y paz.
Aquí tienes una buena oración del P. Víctor Fernández:
Señor del hogar
Dios mío, te abro las puertas de mi hogar. Entra, para que estemos juntos.
Protege mi hogar de todo mal con tu presencia poderosa y llénalo de armonía con tu divina luz.
Señor, te pido que liberes mi hogar de todo rencor, de toda agresividad, de todo espíritu de envidia, de tristeza o negatividad.
Derrama alegría, paciencia, respeto, cariño.
Te proclamo Señor y salvador de mi hogar y de todos mis seres queridos y que tu paz reine en todos los que entren en mi casa.
Amén.
La fragmentación presente en nuestra cultura ha llegado también a las familias. Con diversas agresiones se encuentra amenazado el ideal de la vida en familia.
En algunos casos, este ideal ya no se valora ni se busca, por ignorancia, desidia o indiferencia.
Rescatemos la alegría de la unidad familiar, el gusto de vivir en familia, todos muy unidos...
* Enviado por el P. Natalio