Está comprobado por la experiencia que los pensamientos que ocupan nuestra mente al quedar dormidos son, por lo general, los primeros que encontramos al despertarnos y, muchas veces, si son situaciones problemáticas, se presenta la oportuna solución de las mismas.
Esto puedes aplicarlo con regularidad para aprovechar la actividad nocturna del subconsciente.
Míreme la barba
Antes de operarlo el cirujano dijo al paciente:
—Manténgase tranquilo. Conozco perfectamente mi oficio. Al ser anestesiado y caer en sueño profundo duérmase mirando mi barba. Ella le dará confianza y cuando despierte, será lo primero que verán sus ojos.
El enfermo se durmió profundamente. Cuando recobró la conciencia, lleno de alegría su mirada se encontró con la barba venerable.
—¡Oh, gracias profesor, no he sentido ningún dolor!
—¡No soy ningún profesor, soy san Pedro!
Bueno, después de tu sonrisa, te reitero que utilices los últimos momentos de la jornada para sembrar en tu subconsciente preguntas y planteos, con la segura esperanza de encontrar al despertar sorprendentes pistas y aciertos.
Acompaña este ejercicio con una oración de súplica como la que hace el agricultor al sembrar el campo.
Que el Señor te bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
“No hay libertad para el hombre
donde su seguridad, su vida y sus bienes
están a merced del capricho de un mandatario”
(Juan B. Alberdi)