Por Laura Aguilar Ramírez
>Hemos estado fuera de la casa de mi hijo para pasar unos días en Ault, una población en el norte de Francia.
Hermosa población, pequeña como muchas otras a lo largo del litoral de Picardie, cuyo principal característica son los acantilados. Columnas gigantes de piedra sobre la que se han construido ciudades o poblaciones durante siglos.
Lo primero que como americanos pensamos al decirnos "playa" es en arena, sol y mar. Pues bien, aquí no es igual. Las playas son de piedras y al bajar la marea se puede disfrutar de la arena, de una arena finísima sobre la que se puede caminar mar adentro por muchísimos metros. Desde lo alto, se disfruta de una vista hermosa del mar de varios colores: gris o café más cercano a la tierra, verde esmeralda y verde más oscuro.
Esto es por la gran extensión de tierra que forman las playas, después una zona un poco más profunda y finalmente el mar abierto.
Así que aquí no encontramos como en otras playas, algas. Y si se hayan, son muy delgadas.
Se pasa por una extensión de piedras muy grande como 100 metros, después las playas propiamente dichas de arena, otros 100 metros antes de llegar al mar abierto. Curioso.
Si pensamos en el porqué de las playas de piedra basta con ver los grandes acantilados, los cuales a lo largo de los siglos han sido desgastados por la acción del mar y el viento. Podemos ver desde cualquier punto del litoral playas hasta donde la vista alcance. Esto es porque no existe como en otros lugares del planeta como México, montañas altas o ensenadas o bahías que eviten el paso del viento.
El agua es fría aún en verano, exceptuando en las áreas de arena. Entendible porque la piedra necesita más calor para calentarse que la arena. Las mañanas son perfectas para ir a la playa porque la marea está baja. La marea empieza a bajar alrededor de las 9 de la noche, por lo que al amanecer se puede disfrutar de la arena. Es increíble verla. La gente aprovecha para usar catamares o sea pequeñas embarcaciones con vela para surfear en el mar. O alquilar catamares como autos con vela para manejar sin gasolina jeje, aprovechando la fuerza del viento.
Otra actividad es la pesca con caña o con redes que parecen arados.
La seguridad es muy buena. Hay señalamientos con banderas rojas, amarillas, blancas para indicar el grado en que se puede uno introducir en el mar. Hay cursos de navegación en catamar, kayaks y se rentan yates de distintos tamaños para adentrarse en mar abierto.
Visitamos Le Trepors, Bois de Cise, Onival, Mers les bains, poblaciones a lo largo del litoral. Aunque pareciera que son iguales, en realidad tienen diferencias. unas están en Picardie y otras en Normandie.
En Mer les bains hay un sitio en donde está la frontera entre ambas localidades. Lo curioso es que una casa queda dividida a la mitad entre las dos. jeje
A lo largo de la costa de Mer les bains se disfruta de las cabañitas típicas. Se alquilan por temporada. Muchas tiene dueño. Son pequeñas, pero cómodas. Dentro se puede tener una camita, una mesa con sillas. Se guarda la comida, la ropa para la playa. Se evita el estar en la arena o en las piedras. Muy chic. Tienen unos bellos caminitos de tablas gruesas para andar entre ellas. Tienen nombres chuscos o son decoradas con conchas u otros elementos según cada dueño.
Con sus distintos colores alegran las playas.
Cada población tiene distintas casas, unas tiene restaurantes en la costa, otras como Onival no. Son pequeños departamentos que se rentan o son propiedad de franceses.
Se puede caminar a lo largo del litoral o recorrerlo en bicicleta. Como no hay grandes montañas, sólo colinas se puede hacer. Completamente recomendable el paseo.
Otra atracción es el teleférico de Treports que nos lleva a lo alto del acantilado. Obra de ingeniería que sorprende, realizada en los años 1800 que atraviesa el acantilado. La vista desde arriba es hermosa. Areas verdes en donde se enclavan pequeños poblados, Se ven los diques del puerto, se ven las compuertas que se abren o cierran. Se ven las extensiones de bosques. Hermoso.
El viaje de Paris a Ault es largo: 4 horas más o menos, pero vale la pena. Se van pasando extensas áreas de cultivo, se van pasando pequeñas poblaciones o granjas, áreas dedicadas a la ganadería con vacas de distintos colores. Aquí los animales están bien alimentados.
Viajamos también en tren. Un antiguo tren de los años 1800, un tren más moderno. En éste viaje de alrededor de una hora, se ven granjas y extensas áreas de lagos uno tras otro con aves distintas. Otra belleza.
Visitamos también unas ruinas en donde estuvo presa Juana de Arco antes de ser conducida a Rouen donde fué quemada en 1431. Visitamos la Iglesia del lugar donde pude orar, cosa que por éstos lugares es un lujo ya que son consideradas patrimonio histórico y el gobierno se encarga de ellas, por lo que están sometidas a los horarios establecidos por el gobierno, usados tanto para misas como para conciertos o cualquier evento que se desee. Por lo cual, la Iglesia francesa como otras en Europa realiza de vez en vez procesiones y misas para limpiar los sacrilegios que ésto implica.
En Onival está la capilla dedicada a Nuestra Señora de Onival, pequeña capilla que con su luz roja encendida indicando el lugar del Santísimo se niega a desaparecer como la fé católica. Poca gente llega a orar, la visitan como cualquier museo. Esto es muy doloroso realmente.
Había leído de ésto antes, pero no lo había sentido. mientras uno ora o escucha misa, la gente alrededor admira la arquitectura o las bellezas de las esculturas. Aunque como todo en las cosas de Dios, El es inmensamente sabio. Eso que es causa de sacrilegio es también causa de su conservación y cuidado por el Gobierno. Es parte del legado artístico de las comunidades. Han sido restauradas muchas iglesias de siglo XII o anteriores.
Estamos viviendo una época de relativismo que raya ya en el paganismo, donde el hombre pretende olvidarse de Dios para aferrarse a los otros hombres, como si el hombre fuera más importante que Dios, como si Dios tuviese la culpa de la separación entre ellos y no el pecado existente en cada hombre como resultado del pecado original.
La fé por éstos lugares está viviendo lo que los acantilados, resistiendo los embates del viento que parece querer destruirla, dejando playas de piedra donde es difícil caminar para llegar a disfrutar del calor y finura de la arena.
Este viaje me ha hecho meditar en cuánto ama Dios a América que es un reducto de la fé. Me ha hecho meditar también en que es importante que no repitamos la misma historia: pelear con nuestros hermanos.
A lo largo de los ya casi 20 años de mi regreso a casa (no porque haya sido protestante alguna vez, sino porque dejé de asistir a misa, dejé de orar) y de haber empezado mi andar por las redes sociales, he ido también descubriendo la historia de la Iglesia de Dios, he visto cómo las personas primero se alejaron de Pedro, después de han alejado de la Iglesia y finalmente viven en éste relativismo que es como la marea alta de los litorales de Picardie, lleno de piedras con corrientes bajo el agua.
Es que Cristo dejó a su Iglesia para vivir en comunidad. Cristo vino al mundo para el perdón de los pecados, por la inmensa Misericordia de Dios. Esa es la principal misión de Jesucristo, no la hechura de milagros (que fueron como una muestra del poder divino) sino para perdonar a la humanidad, dejó a su Iglesia con una misión: evangelizar, es decir, llevar la buena nueva, la alegría del Evangelio, el perdón de los pecados
Yo me pongo a pensar en que el hombre actual se arropa en leyes hechas por hombres, se arropa en la educación que es sólo apariencia, pero en el fondo quedan ésas piedras con corrientes internas que desean llegar al mar pero que siguen cubiertos a menos que haya marea baja.
Cómo puede uno ser perdonado de los muchos pecados, agresiones que cometemos a cada paso si no es confesando nuestros males o errores? Creo que el Sacramento de la Reconciliación es el gran regalo de Dios al hombre: Reconciliarnos con Dios es lo que el alma desea.
Si desea uno reconciliarse con su hermano que nos ofende o al que ofendemos, con mucha mayor razón, el alma desea reconciliarse con su Creador. Sólo así se tiene paz. Ni la meditación, ni el yoga,ni las muchas técnicas que se puedan inventar, llenn el alma de paz como Cristo mismo en la Eucaristía.
Oro porque América aprenda de los errores de Europa, ya que ésta no quiso aprender de los errores de civilizaciones anteriores. Y para que Europa regrese a la fé antes de que como los acantilados de Picardie la playa quede cada vez más lejos.