Da a Jesús la llave de tu corazón

¡Feliz Navidad!
¿De qué maneras sientes que No eres amad@? ¡"Permite que el Señor entre"! proclamamos en el salmo Responsorial de hoy. ¿Hay alguna puerta dentro de TU Corazón que está cerrada con llave?

La primera lectura de hoy nos muestra a un hombre que mantuvo el corazón cerrado aun cuando Dios le ofreció ayuda durante una crisis. El Rey Ajaz no podría haber recibido un mensaje más claro, como si Dios lo hubiera enviado a él en un correo electrónico.

Ajaz había llegado a ser el rey de Judá en el año 732 A.C. Cuando su pequeño reino fue atacado por enemigos terribles, él ideó un plan que ignoró totalmente a Dios. Para rescatar a la nación y a él, Dios habló con Ajaz por medio del profeta Isaías. Le advirtió que su estrategia iba a fallar y que ni era necesaria porque los enemigos pronto serían derrotados por un reino más fuerte.

Ajaz escogió no confiar en él, así que Dios ofreció darle una prueba, cualquier signo que escogiera. Pero Ajaz no quería un signo, porque si lo recibía, tendría que abandonar su falsa creencia de que EL mismo era su mejor consejero y gobernante. En lugar de permitirle a Dios ser el Rey, él apaciguó a los invasores cerrando el Templo Sagrado y permitiéndoles utilizar el altar de Dios para la adivinación, el sacrificio de niños, los ritos sexuales, y la invocación de espíritus. Su orgullo lo dirigió más profundo y más profundo en la oscuridad, llevando con él a la nación entera de Judá.

Al acercarnos al final del Adviento, nosotros necesitamos preguntarnos: ¿De qué maneras he cerrado yo la puerta a Dios? ¿Cómo me niego a escuchar a Dios?, porque YO estoy seguro de que conozco una mejor manera. ¿A cuáles familiares, amigos, o colegas me llevo conmigo? en el camino que nos aleja de Dios

Siempre que insistamos en hacer las cosas a nuestra manera, ignorando a Dios, nosotros repetimos la misma auto-adoración de Ajaz, lo cual es idolatría.

llave de tu corazonNuestros corazones están ya abiertos al Señor, pero no enteramente. Para abrir las puertas cerradas que todavía impiden a tu corazón de estar completamente abierto a la realeza de Dios, debemos identificar las maneras y los tiempos en los que tratamos de evitar Al Señor.

La soledad, por ejemplo, es un signo de que hemos dejado a Dios ¡afuera!; y es causado por insistir que el amor de Dios no es suficiente, ya que insistimos en recibir La Felicidad y El Amor de las personas que NO nos las pueden dar.

La ira y la frustración, irremediablemente son los signos que hemos liquidado a Dios, porque tratamos de controlar una situación que no va bien. La cerradura que mantiene esta puerta cerrada es la creencia falsa de que Dios no hará que el bien salga de los problemas que estamos enfrentando.

La impaciencia y el enojo, son un signo que hemos cerrado la puerta al tiempo perfecto de Dios.

La confusión, es un signo que una puerta cerrada amortigua la voz de Dios.
Estos enemigos que nos bloquean de vivir en la plenitud de los planes de Dios han, de hecho, sido derrotados por un reino más fuerte: el reino de Jesucristo.

¡Da a Jesús la llave de tu corazón!: (1) Toma cualquier sentimiento negativo, insatisfecho que tienes y pide que el Espíritu Santo revele la puerta cerrada que indica. (2) Después, con la ayuda de Dios, trabaja para vencer la actitud idólatra detrás de ello. 
Mantente atento a que sean remplazados los sentimientos malos por las tranquilidades amorosas de Jesús.

Reflexión de la Buena Nueva Jueves de la Tercera Semana de Adviento 20 de diciembre, 2011
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2011. Para obtener permiso para reenviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2011 por Terry A. Modica