¿Dices groserías?

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¿Dices groserías?, ¿Cuentas Chistes Obscenos? ¿Sabías que estas pecando?

¿Dices groserías?, ¿Cuentas Chistes Obscenos? ¿Sabías que estas pecando?

San Pablo dice en la primera lectura de hoy que la inmoralidad, la impureza, la avaricia, la obscenidad y la conversación lasciva son todas formas de idolatría. ¿Por qué?

La idolatría significa venerar a algo más que a Dios. Es obvio probablemente por qué las decisiones inmorales y la avaricia sacan a Jesús de su lugar justo como Señor de nuestras vidas, ¿Contar un chiste obsceno o decir groserías es un acto de idolatría? Like us on Facebook

La lista de pecados que nombra Pablo, habla de los pecados que no son encontrados en la naturaleza de Dios. Debemos imitar a Jesús, pero estas conductas remplazan a Dios con prioridades y preferencias impías. Dios debe ser nuestro Padre. Su naturaleza - nuestra herencia - siempre debe ser la única prioridad, para que permanezcamos cercanos a él, abiertos a su amor y a sus milagros. Follow us on Twitter

El Salmo Responsorial nos muestra cómo vivir como los herederos de la naturaleza de Dios. Primero tomamos la decisión de evitar el pecado rechazando las maneras del malvado. Esto significa mantenernos alejados de las influencias del insolente y el rebelde. Al mismo tiempo, decidimos preferir las maneras de Dios, incluso si no comprendemos por qué todos sus métodos, sacrificios y mandamientos son buenos.

Al mejorar nuestra vida de oración, recibimos un alimento refrescante y el poder de los regalos del Espíritu Santo. Esto nos ayuda a crecer espiritualmente y la presencia del Espíritu dentro de nosotros no se marchita, ni se destiñe durante los tiempos difíciles. Nuestras vidas producen muchos buenos frutos, es decir, tenemos éxito en cada circunstancia que honra al Padre.

Pero mira lo que sucede cuando permitimos que la inmoralidad de cualquier tipo llegue a ser nuestra prioridad o preferencia. Like us on Facebook

Primero, aceptamos la obscenidad y la conversación sugestiva como si estuviese bien y fuera normal. Eso nos hace sentir muy bien frente al insolente y al rebelde, y así pronto nos relajamos espiritualmente. Como una olla de agua que se calienta poco a poco cocinando una rana que disfruta nadando, el medio ambiente corroerá nuestra resistencia y comenzamos a sentirnos atraídos a sus maneras. Esto se siente bien, así que sucumbimos al pecado y nos olvidamos de orar, pero al sentirnos culpables por ello, buscamos excusas y distracciones que nos mantienen alejados de la oración, porque preferimos no pensar en la desaprobación de Dios.

En esta condición, nosotros absorbemos las maneras del mundo, que están siempre sedientas de la satisfacción pero nunca la obtienen completamente. Esta sed inextinguible llega a ser un vicio desesperante que recicla las ansias de la carne. Arraigados en éstas ansias, perdemos la conexión con la presencia amorosa de Dios y su ausencia refuerza la "necesidad" del vicio.

El fruto de esto es la destrucción. Nuestra fe desnutrida se marchita y destiñe durante las dificultades. Desconectados de Dios, nosotros cometemos cada vez más errores y entramos tan profundamente en la oscuridad, que nuestra desdicha aumenta, con lo cual aumenta la búsqueda para encontrar satisfacción en el pecado - y nos vamos en espiral hacia abajo, al infierno.

No es de extrañar entonces porque la furia de Dios se topa con el desobediente. Él nos ama tanto que él odia totalmente lo qué la idolatría nos hace. Like us on Facebook
Reflexión de las Buenas Nuevas
Lunes de la Trigésima Semana del Tiempo Ordinario
29 de octubre, 2012


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

© 2012 por Terry A. Módica






La puerta de la fe
  1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida.
  2. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14).
  3. Año de la fe. Comenzará el 11 de oct de 2012, terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de nov de 2013. En la fecha del 11 de octubre de 2012.
  4. En esta perspectiva, el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31).
  5. Confiemos a la Madre de Dios, proclamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45), este tiempo de gracia.
BENEDICTUS PP. XVI (convocatoria al año de la fe)


LECTURAS DEL DIA

Efesios 4:32-5-8
Salmo 1:1-4, 6
Lucas 13:10-17