¿Qué es Amor Compasivo?

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En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús enfrenta una decisión importante cuando él ve a un hombre que ha estado enfermo durante 38 años. ¿Debe protegerse él de ser rechazado, ridiculizado y perseguido por haber roto la ley religiosa de no trabajar en sábado? O ¿debe él responder al sufrimiento del hombre y hacer una sanación?

El hombre cojo no le pidió a Jesús que lo sanara. Fue enteramente la decisión de Jesús. Aparentemente, el pobre tipo no había escuchado aun de Jesús, como evidencia, su contestación acerca de necesitar que alguien lo pusiera en la piscina.

¿Por qué se concentró Jesús en este hombre entre una multitud de muchos que estaban enfermos, ciegos, cojos, y paralizados?

Quizás él había estado enfermo por más tiempo. Quizás él tenía más amor para Dios que los demás. Quizás el Padre tenía un plan especial para su vida. Nosotros no sabemos; pero cualquiera que sea la razón, Jesús reconoce su necesidad y deseo de ser curado, y así que él decidió tomar la iniciativa de ayudar al hombre.


Nosotros no sabemos por qué Jesús escoge a cualquiera de nosotros de la multitud. Cuándo él toma la iniciativa de darnos algún regalo, curación, vocación u otra bendición, todo lo que podemos hacer es confiar en su sabiduría y aceptar lo que él hace y alabarlo por ser tan bueno con nosotros.

Jesús conocía las ramificaciones y problemas de invitar a este hombre cojo a recibir su amor sanador: El y el hombre serían condenados como pecadores.

  ¿Has estado alguna vez en ese tipo de situación? Jesús te ayuda, pero se crea una reacción de parte de los demás que arruina tu alegría.
También, si usas tus manos, como las manos de Jesús, respondiendo a las necesidades de los demás, será contraproducente y recibimos críticas.
 

Esto es el amor compasivo - ser unidos a la Pasión de Cristo -. En compasión, nosotros contactamos a las autoridades cuando vemos a niños que están siendo abusados, aunque sus padres quizás tomen represarías.

  En compasión, nosotros llevamos comida a un vecino enfermo, aunque su enfermedad lo ponga malhumorado y probablemente nos ataque verbalmente.

  En compasión, nosotros hablamos en favor de alguien que está siendo mal entendido y rechazado, aunque nosotros quizás seamos el objetivo próximo a la condenación.

En compasión
, nosotros abogamos por los empleados que son tratados mal por sus empleadores, aunque seamos desdeñados o despedidos o seamos puestos en la lista negra por empezar problemas.
¿Verdad?

- Bueno, nunca pienses que Dios no te cuidara si tú trabajas duro para su reino.  
Cualquier cosa menos que esto es NO ser como Cristo.

  Cuándo somos clavados por hacer buenas obras, nosotros estamos sinceramente imitando a Jesús. Estamos llevando nuestra compasión completamente a la cruz. Realmente, es la compasión de Cristo. Nuestra compasión es la de él. Nuestras cruces son las de él.

  Somos unidos íntimamente a él cuando sufrimos por el amor.
Atrévete a seguir tu corazón donde otros necesitan el toque compasivo de Jesús. Busca las oportunidades para ser Jesús para otros en maneras que has evitado antes. Extiende tu habilidad de enfrentar la cruz a causa del amor por los demás

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Martes de la Cuarta Semana de Cuaresma
12 de Marzo del 2013
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html
© 2013 por Terry A. Modica
Compasion
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.     Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.
 

"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)

 
Lecturas del Día:
 

 
Ezequiel 47:1-9, 12
Salmo 46, 2-3, 5-6, 8,9
Juan 5:1-3, 5-16
  
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