Imagínate
cuando María le dijo que estaba embarazada, la única conclusión sensata
que él entendió fue que el padre era otro hombre y que María lo había
traicionado. Sin embargo, él no era un hombre egocéntrico, así que
probablemente pensó también en cómo, hasta ahora, los ciudadanos
consideraban a María una ciudadana modelo, pero que ahora la condenarían
por una falta mayor de rectitud.
Él
también sabía que él la amaba, y en espíritu de amor incondicional, y
bajo las circunstancias, la cosa más sensata sería romper su compromiso y
darle libertad para casarse con el padre del niño.
Todo
esto son pensamientos sensibles para un hombre bueno y santo. Y sin
embargo, la confianza de José en Dios sobrepaso sus sensibilidades. Él
estuvo abierto a ser corregido cuando sus suposiciones estuvieron
equivocadas.
Después
de que el ángel hablara con él en sus sueños, no tomó mucho tiempo para
que José admitiera su error y cambiara sus planes. ¿Entendió el cómo
Dios protegería a su familia de los vecinos que los juzgarían? No. ¿Entendió el cómo hacer un buen trabajo criando a un Mesías? No. Pero él sabía que Dios si sabía, y eso era todo lo que realmente importaba.
José vivió una fe práctica,
buscando continuamente la voluntad de Dios, escogiendo seguir su guía
aun cuando no hacia ningún sentido. Lo sostuvo en el difícil viaje a
Belén y en la búsqueda de un cuarto cuando María iba a dar a luz. Salvó a
la familia cuando Herodes mandó a sus soldados a matar al bebé. Los
mantuvo seguros en Egipto hasta que el tiempo fue el adecuado para
volver a casa. Le ayudó a él y a su esposa a enfrentar perder a su niño
de 12 años de edad en la ciudad de Jerusalén la cual estaba llena de
gente.
Este ejemplo de espiritualidad práctica
debió haber ayudado seguramente a Jesús a encontrar la fuerza para
aguantar las dificultades diarias de su ministerio. Y es lo que le dio
el poder de vencer el temor de lo que él entendió acerca de la cruz,
para que él pudiera obedecer y confiar en el Padre completamente en el
camino a la resurrección y más allá.
Papás: ¡Nunca subestimen el impacto que ustedes tienen en la fe de sus niños! ¡Sus ejemplos son influencias poderosas!
Nosotros no debemos tener miedo de nada. Podemos confiar en Dios para todo. Aún los acontecimientos más catastróficos no son terribles cuando nosotros nos damos cuenta de que Dios es confiable.
Reflexión de las Buenas Nuevas
Martes de la Cuarta Semana de Cuaresma
19 de Marzo, de 2013
Esta
reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es
utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el
Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html
© 2013 por Terry A. Modica