¿Cómo es que las personas terminan en el infierno?


infierno 2

  
 En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús explica cómo es que las personas terminan en el infierno.
Muchos católicos se confunden con esto. Se nos ha enseñado que inmediatamente después de nuestra muerte nosotros "recibimos" nuestro Juicio Particular (es decir, personal) y que nuestra alma va inmediatamente a su recompensa o al castigo. Pero si no entendemos el significado divino de "recibe," asumimos que nuestro destino queda enteramente en el Juez (Jesús); y cómo él escoja sentenciarnos.

Asumimos que Dios o nos dará el cielo (con el purgatorio primero si nosotros no somos perfectamente santos cuando morimos) o nos dará el infierno (si hemos cometido pecado mortal sin arrepentirnos o sin ir a la Confesión y/o si rechazamos la creencia en Jesús).

Y es por esto, nosotros tenemos la impresión de que Dios es un padre duro que está ansioso de castigar a sus pequeños hijos malos, y después asumimos que si algo malo nos sucede es porque somos malos y Dios nos castiga. Y en esta predisposición nosotros tememos eso, porque nosotros no somos perfectos, y quizás perdamos nuestra salvación. Y (odio admitir esto) esperamos que los pecadores impenitentes que nos irritan demasiado finalmente reciban de Dios, sus justas recompensas de la condenación infernal. ¿Verdad?

No esperas realmente que este mundo, a causa de su creciente inmoralidad, ¿pronto sea castigado severamente por medio de una intervención divina? Hasta cierto punto a todos nos gustaría ver que los malhechores sean castigados. Pero Jesús no vino a condenar al mundo. Él no tiene que hacerlo. Nosotros somos los que nos condenamos. El infierno NO es lo que Dios quiere para los malhechores; eso es lo que ellos quieren para sí mismos.

Cuándo nosotros nos morimos, Jesús viene a nosotros y vacía nuestras mentes (nos deja "ver" la película de nuestra vida) y nos daremos cuenta de todas las ideas equivocadas cómo vivimos nuestra vida y entenderemos quién es él realmente. Entonces, comprendiendo completamente esto, nosotros recibiremos lo que deseamos. Si queremos ser como él, entonces seremos purgados de todo lo que no es como él, camino AL CIELO. Si preferimos NO ser como Cristo, y nosotros NO queremos vivir para siempre con él; Dios nos dará lo que nosotros deseamos. EL INFIERNO.

Dios no sentencia a nadie al infierno, porque Jesús tomó el castigo por nosotros y por el mundo entero. Dios no rechazará a nadie que quiere vivir con él para siempre, pero tampoco rechazara nuestras decisiones de libre voluntad. Es por esto que él agregó: "Quien me rechace y no acepte mis palabras será juzgado - no por mí - sino por la palabra que yo anuncie".
¿Cuál es la palabra que condena a las personas? "Te amo. Yo realmente, realmente te amo. Te amo tanto que yo morí por ti". Rechazar eso es preferir el infierno.  

Reflexión de Las Buenas Nuevas
Miércoles de la Cuarta Semana de Pascua
24 de abril, 2013
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html
© 2013 por Terry A. Modica
  
Cielo
Bendicion
Las Bendiciones


"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te  bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.     Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.
 

"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)

 
Lecturas del Día:
 
Hechos de los apóstoles (14,21b-27)
Sal 144,8-9.10-11.12-13ab
Apocalipsis (21,1-5a)
Juan (13,31-33a.34-35)