Una perla de gran valor



Cuando Jesús contó la parábola del Evangelio de hoy, ¿cómo sabía Él lo que se siente al encontrar el Reino de Dios, para después venderlo todo y poseerlo? ¿Cómo podría Él entender ésta búsqueda por el reino de su padre? La respuesta es sencilla: - ¡Él había estado y está plenamente en el!

Volteemos esta historia y veámosla desde otro ángulo. Léela de nuevo, reemplazando  "el reino de Dios" o "el reino del cielo" (dos traducciones de las mismas palabras) con "la relación de Cristo conmigo", así: "La relación de Cristo conmigo es como una perla realmente valiosa que un vendedor encontró en su búsqueda de mercancía que le pudiera hacer ganar un buen sustento para vivir el resto de su vida. Cuando encontró esta perla maravillosa, él vendió todo lo que tenía, para capitalizarse y así poder darse el lujo de comprarla."

Si Jesús estuviera leyendo esta escritura para ti, la explicaría de la siguiente manera: "Tú mi precioso amigo, eres una perla muy valiosa. Yo lo entregué todo y te compré con mi vida para así poderte tener conmigo para siempre."

¡Ves! Jesús ciertamente sabe lo que significa descargar todo para obtener un premio: TÚ eres ese premio. Tu relación con Él es un verdadero tesoro que Él valora mucho.

¿Sientes lo mismo por Él? ¿Has encontrado una manera para costear el alto costo de tener a Dios como la mayor prioridad en tu vida? ¿Hay algo que aprecies más que Élcomo actividades que te mantienen muy ocupado para pasar un tiempo a solas con Él? ¿O deseos o adicciones que le desagradan a Él? ¿O la aprobación de personas que no están de acuerdo con Él?
En otras palabras, ¿has quitado de ti, todo aquello que es menos valioso con el fin de obtener más del reino del cielo, mientras todavía estás viviendo en la tierra?

Decimos que poner a Dios de primero en nuestras vidas es nuestra máxima prioridad, pero ¿es esto realmente así? ¿Cuantas distracciones te están alejando de éste tesoro? ¿Qué pecados sin arrepentimiento?

¿Qué estás dispuesto a renunciar para obtener la plenitud de la vida que viene del Espíritu Santo de Dios?
Y considera esto: ¿Tú, en algún momento, has sentido que no eres una perla preciosa para Jesús? ¿Hay gente en tu vida que te menosprecia? ¿Te irrespetan? ¿Han dejado de amarte cómo deberían? No permitas que te distraigan de ver cuán precios@ eres para Dios.

Cuando entiendes que eres un tesoro, una perla valiosa en el reino de Dios, es más fácil dejar de lado el deseo de sentirse valorado por otros. Todo lo demás que nos hace sentir importantes y valiosos se vuelve menos necesario. La intimidad con Dios es lo único que realmente importa.
 
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la 17va Semana del Tiempo Ordinario
Julio 31, 2013
 

Memorial de San Ignacio de Loyola

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
© 2013 por Terry A. Modica






Las Bendiciones
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento...
Al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te bendiga Yerno, y mi Esposo adorado, que Dios te bendiga.

Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)
Lecturas del Día:
 
Exodo 34:29-35
Salmos 99:5-7, 9
Mateo 13:44-46