Nuestra importancia viene del Señor



Lo que los discípulos querían saber en la lectura del Evangelio de hoy toca un deseo de todos nosotros. Queremos ser importantes. Necesitamos sentirnos valorados. Queremos ser indispensables. Pero ¿qué piensa Jesús acerca de esto?

Él levantó muchas veces a los humildes. Y a veces Él hizo referencia al valor de los niños pequeños como un ejemplo de lo que es verdaderamente importante. ¿Saben los niños pequeños que son valorados? Si son amados lo sabrán. Intuitivamente, ellos aceptan el hecho de que, debido a que son amados, son importantes.

Para el momento en que nos convertimos en adultos, la mayoría de nosotros nos hemos sentido disminuidos por la baja autoestima que otros han fomentado hacia nosotros, ya que, en su propia baja autoestima, intentaron imponerse por encima de nosotros.

Tratamos de hacer frente a esto haciéndonos sentir importantes, porque creemos en su mala apreciación de nosotros. Así entonces ponemos nuestra atención en mantener una buena imagen, construyendo una buena reputación, y logrando un alto estatus.

Las opiniones de los demás importan demasiado. Sus opiniones nos impiden ser plenamente lo que somos como hijos de Dios.

Les pasa a los hombres que desean el sacerdocio motivados por el hecho de que los demás automáticamente los respetarán por su cuello clerical. Les pasa a las mujeres que desean la ordenación debido a una idea errónea de que la Iglesia no valora su liderazgo (una idea que, de hecho, podría haber sido generada por alguien que desvalorizó su liderazgo). Les pasa a los laicos que se encargan de ministerios en aras del poder y autoridad que esto les da.

Y sin embargo, la Iglesia enseña que los sacerdotes y otras personas que tienen autoridad son realmente los siervos de todos a los que están llamados a servirEl valor proviene del servicio, no del rango.

Ninguno de nosotros es valorado de la forma en que debe ser, no del todo. Sin embargono hay necesidad de luchar para establecer nuestro valor personal, porque ¡ya lo tenemos! Nuestra importancia viene del Señor. ¿Somos lo que Dios quiere que seamos? ¿Estamos haciendo lo que Dios quiere que hagamos? Ahí está nuestra verdadera importancia.

Por ejemplo, como ustedes lo saben, yo NO soy un sacerdote, me apoyo en el Espíritu Santo para que me ayude a escribir estas Reflexiones para el alma, para que estas sirvan al pueblo de Dios tan efectivamente como buenas homilías en la Misa. Ser una mujer laica no me ha privado de ser una líder en la Iglesia. Si bien es cierto que a veces no me invitan a dar misiones parroquiales porque, no soy ni sacerdote, ni diácono, ni una monja; sin embargo, no tengo ninguna razón para querer ser nadie más que la sierva que Dios creó, en el tiempo y en la cultura de la Iglesia Católica en la que me ha puesto.

Todos son indispensables para Dios. Los dones que nos ha dado y los ministerios a los que nos llama son extremadamente valiosos para los planes de su reino, bien sea si somos clérigos o laicos, hombres o mujeres, del hogar o trabajando hacia la conquista del éxito mundano. Nadie más puede hacer lo que TÚ puedes hacer de la manera que TÚ puedes hacerlo. Dios te creó con su propia idea de lo que es importante. ¡Él te ha valorado desde el momento de tu concepción!  

NOTA de Retazos y puntadas
Normalmente, coincido con lo escrito por Terry. Es por éso que publico sus reflexiones. Sin embargo, en ésta ocasión no puedo estar de acuerdo en su conclusión al interpretar el Evangelio del día de hoy.El hacer reflexiones acerca de él es muy válido. Pero hacerlo sin la guía de la Iglesia, a nuestro arbitrio no es recomendable porque podemos caer fácilmente en cuestiones que no son verdaderas y llevar a otros a pensar que sí lo son.
 "Todos son indispensables para Dios"- dice Terry y ésto no es cierto. Dios es indispensable para todos, pero no al revés porque de El proviene todo.
 "Nadie más puede hacer lo que TÚ puedes hacer de la manera que TÚ puedes hacerlo"-dice Terry y ésto tampoco es cierto. La libertad del hombre tiene un límite y el límite lo establece Dios. Lo estableció con Adán y Eva quienes sufrieron las consecuencias de sus actos al pasar el límite marcado.
 También dice "me apoyo en el Espíritu Santo para que me ayude a escribir estas Reflexiones para el alma, para que estas sirvan al pueblo de Dios tan efectivamente como buenas homilías en la Misa. " Nada es tan efectivo como las homilias en la Misa, porque son dadas en el lugar adecuado, con la presencia de JESUCRISTO mismo en ella.
Ninguna reflexión particular es mejor que éso. Son sólo las conclusiones a las que llegamos, pero si uno se aleja demasiado de la Iglesia sin participar activamente dentro de ella en el templo, como servidores aunque ése servicio sea tan pequeño como dar la limosna, llevar un poco de comida para ser repartido entre los necesitados, ayudar para la realización de algún evento, etc. entonces no hacemos más que nuestra voluntad, no la voluntad de Dios, lo cual no es lo que nos dijo Jesucristo: "el que hace la voluntad de Dios, ése es hijo de Dios y hermano mío".
Y dice: Los dones que nos ha dado y los ministerios a los que nos llama son extremadamente valiosos para los planes de su reino, bien sea si somos clérigos o laicos, hombres o mujeres, del hogar o trabajando hacia la conquista del éxito mundano. 

Quien ama al dinero no puede amar a Jesucristo. No estamos llamados a buscar el éxito mundano. El éxito es consecuencia de nuestro buen o mal hacer. Pero no es el buscar el éxito mundano lo que nos pide Jesucristo, sino el Reino de Dios.

Y finalmente, dice: "Ser una mujer laica no me ha privado de ser una líder en la Iglesia" Esta afirmación desdice por completo todo lo escrito por ella en ésta reflexión. No se puede ser lider en la Iglesia. La única cabeza de la Iglesia es Jesucristo.
Hay servidores que participan más o menos dentro de ella, pero no líderes. El mismo Papa Francisco no se cansa de decirlo: "La Iglesia no es una ONG"

Lamento tantas cuestiones en las que no estoy de acuerdo y doy mi opinión basada en las mismas palabras de Jesucristo, no en las mías.


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 19va Semana en el Tiempo Ordinario
Agosto 13, 2013

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013.
© 2013 por Terry A. Modica


Reflexiones para el Alma                      Efesios 6, 11 - 13
11.
Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12.
Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y  autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13.
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.





Lecturas del Día:  
Deuteronomio 31:1-8
Deuteronomio 32:3-4ab, 7-9, 12
Mateo 18:1-5, 10, 12-14