La
primera lectura de hoy habla de la casa de Dios, la Iglesia, la cual es
el "Pilar y Fundamento de la Verdad." La Iglesia Católica. Recuerda que
originalmente había sólo una iglesia Católica, una cristiandad.
Fue
relativamente reciente que comenzamos a llamarnos nosotros mismos
"Católicos" para resaltar la iglesia original, la naturaleza universal
de nuestra Iglesia y diferenciarnos de aquellos quienes se han separado
de esta Iglesia.
Como
Timoteo lo mencionó, la iglesia original es la fundadora de la religión
Cristiana, responsable de sostener la verdad para que todo el mundo
vea. Fortalecido por el Espíritu Santo, esta iglesia ha mantenido todo
el cuerpo de la verdad, protegido por 2000 años a través de la sucesión
ininterrumpida de la ordenación de sacerdotes. Aun cuando los papas y
los obispos eran corruptos o políticamente controlados, el Magisterio de
la iglesia continuó protegiendo la verdadera doctrina.
Recuerda, también que Jesús es la verdad (y el camino y la vida). Con
la perseverancia de la práctica original de la transustanciación del
pan y el vino en el milagro de la Eucaristía, la iglesia Católica es el
pilar que mantiene a Jesús arriba - de la manera más completa posible -
para que el mundo vea.
Sin
embargo, para que el mundo reconozca la presencia de Jesús en la
Eucaristía, en los otros seis sacramentos y en las enseñanzas de la
iglesia y en nuestras comunidades de nuestra parroquia, nosotros -cada individuo católico- debe comportarse como Cristo. Cuando no lo hacemos, construimos una imagen falsa de la iglesia usando paredes que bloquean a los otros para ver la verdad.
Ser
Católico Cristiano no es ser como un títere; por el contrario, se
requiere de la fuerza de Dios para pararse firme como un pilar de la
verdad. Y ¿de dónde obtenemos esta fuerza? De la Eucaristía, la cual es la realización plena de Jesús, la verdad, y de los otros sacramentos.
La santidad no es fácil. Es una decisión, es una serie de elecciones que enfrentamos cada día.
Esta elección es lo que nos hace "como niños" peleando con sus
amiguitos, como lo describió Jesús en el evangelio de hoy o Católicos
maduros quienes aceptan la sabiduría de Dios.
Madurando
en el uso de los sacramentos, nos estamos purificando de modo que
nuestra vida sea un pilar de la verdad. Y madurando en el entendimiento
de las enseñanzas, nos convertimos en parte fundamental de la iglesia; nuestros pilares personales no se caerán ante la presión, ataques o los terremotos de la confusión.
No hay una buena excusa para no educarnos nosotros mismos en las
enseñanzas de la fe Católica, especialmente hoy cuando el Catecismo está
en el internet y los documentos los cuáles explican las enseñanzas de
la iglesia, están fácilmente accesibles - también.
No seamos como niños, quienes rechazan la autoridad de la Iglesia y su protección de la verdad. Si
tenemos alguna objeción de sus enseñanzas, es sólo porque no estamos
investigando lo que realmente se ha dicho y no le estamos pidiendo al
Espíritu Santo que nos ayude a entenderlo. Que nosotros, los líderes de la iglesia, y los feligreses, siempre seamos testigos de la verdad ¡Amén!
Reflexiones de las Buenas Nuevas Miércoles de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario Septiembre 18, 2013
Esta
reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es
utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el
Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013.
© 2013 por Terry A. Modica
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