Una razón para la esperanza





El evangelio de hoy es un mensaje de esperanza para cualquier situación. Piensa en la madre viuda como una María simbólica y su hijo muerto como Jesús. Este incidente anunciaba la resurrección de Cristo. Quizás María escuchó sobre este milagro y encontró esperanza en él el Viernes Santo.

Léelo de nuevo y mira la muerte del hijo como alguien que tú conoces quien ha dejado la fe, o alguien quien ha sido herido o abusado, o alguien quien ha perdido mucho en un desastre como un incendio, terremoto o huracán. Algo dentro de ellos ha muerto.

"Dios ha visitado su gente" ésta es la buena noticia que nos trae esta escritura. Esto reemplaza el miedo, el desespero, la rabia y los pensamientos de venganza. "Te ordeno, levántate" Jesús está diciendo. Nuestro Padre celestial tiene una nueva vida para darte.

"Levantarse" puede significar volver a la rutina normal. Algunas veces significa parar el abuso y poner límites que dicen "no más". Puede significar alejarse de alguien que está causando daño y buscar expertos quienes ayudarán con el proceso de recuperación.

En una resurrección, hay siempre algo nuevo: una manera nueva de manejar los problemas, un nuevo lugar de trabajo o una nueva parroquia donde ir, o un nuevo coraje y una fuerza interna para vivir una vida diferente.

"Levantarse" siempre incluye un nuevo entendimiento del amor protectivo del Padre, el cual nos consuela en medio del mal y nos lleva de tragedias a triunfos y de heridas a la recuperación. Dios nos protege a través de las decisiones que él nos guía a hacer, pero si ignoramos sus instrucciones terminamos sufriendo de nuestro error, a pesar de eso nos dice: "Levántate! Un nuevo día está amaneciendo!"

Dios nos consuela y nos protege trayéndonos a otros quienes pueden ayudar, pero si ellos ignoran su llamada o si ellos cumplen su rol pobremente, Jesús también nos dice," Yo estoy aquí! Levántate conmigo!" y nos llama a seguirlo en una nueva dirección.

El mal produce mal y lo bueno produce bueno y Dios es, por su infinita bondad, un redentor quien vence lo que es malo haciendo salir algo bueno de eso - a pesar de todos los obstáculos. Nos hacemos vulnerables al mal por las decisiones malas que hacemos, pero Dios está siempre a nuestro lado ayudándonos a pesar de nuestros pecados y errores.

Aun cuando no lo pedimos, él nos está ayudando. Como de misericordioso es él! Aun cuando no aceptamos la ayuda que él nos proporciona, él no para de hacerlo. Como de querido es él!.

La esperanza no es una ilusión. Es la conciencia de la bondad de Dios. A medida que creces más en esperanza, lleva esta esperanza a aquellos alrededor tuyo quienes necesitan escuchar a Jesús decirles, "Levántate!"



Reflexiónes de las Buenas Nuevas
Martes de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario
Septiembre 17, 2013


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
© 2013 por Terry A. Modica



Rezar con los 5 dedos

1.El pulgar es el más cercano a ti. Así que empieza orando por quienes estan más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es "una dulce obligación"

2. El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y
sanan. Esto incluye a los maestros, profesores, médicos y sacerdotes. Ellos
necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás.
Tenlos siempre presentes en tus oraciones.

3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión
pública. Necesitan la guía de Dios.

4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano.
Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos. También debe invitarnos a orar por los matrimonios.

5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por tí. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.

Lecturas de hoy:
1 Timoteo 3:1-13
Salmo 101:1b-3ab, 5, 6
Lucas 7:11-17