Conseguir rechazar el pasado
La escritura de Isaías que Jesús leyó en el Evangelio de hoy es muy especial para mí y la llevo muy cerca al corazón. En 1989 en mi primer compromiso como oradora pública, el líder de la parroquia quién me había invitado a evangelizar su grupo de jóvenes me dio ESTA escritura para leer durante la oración de la mañana. Y él no sabía nada de mi poca experiencia.
Me sentí honrada que Dios nuestro Padre hubiera escogido para comenzar mi ministerio público la misma escritura que él le dio a Jesús a leer al comienzo de su ministerio. Dando gracias que mi comienzo fue mucho más fácil que el de Cristo: El fue inmediatamente rechazado, Yo fui apreciada. Quizás fue porque yo no estaba hablando en mi propia iglesia –mi Nazaret- y por lo tanto nadie tenía ideas pre-concebidas acerca de mis habilidades.
Eso vino después. Si el crecimiento espiritual es importante para nosotros, nosotros nunca seguiremos siendo los mismos. Aunque las personas nos juzguen por el pasado. Si hoy hacemos los trabajos del Señor para los cuales no estabamos listos en el pasado, esto “fuera de la caja” de los que otros asumen que podemos hacer y que no podemos hacer. Ellos nos rechazan o no nos entienden o tratan de manejarnos de la misma manera de la cual ya no necesitamos ser manejados.
Qué hizo Jesús acerca de este problema? El se alejó. El nunca trató de forzar a los Nazarenos a aceptarlo como Mesías. Ciertamente él estaba triste por el rechazo, pero el siguió. El fue a lugares donde otras oportunidades se abrieron para él, donde él estaba libre de compartir lo que él podía dar, donde sus regalos y talentos podían brillar – en otras palabras, donde él podía hacer diferencia porque sus corazones estaban abiertos a él.
Si son las personas en tu casa quienes están rechazándote, Dios no te va a pedir que eludas tus responsabilidades y los dejes (a menos que ellos estén abusando de tí de una manera peligrosa), pero es necesario que encuentres un lugar, comunidad, grupo de oración o un Nuevo círculo de amigos donde estés libre de ser quien el Señor sabe que tú eres. Hay otros quienes creen de la misma manera que tú crees, quienes comparten la misma Fe, y quiénes aprecian los regalos y la sabiduría que tú ofreces.
No deberíamos tener miedo al rechazo; debemos esperarlo y caminar a través de eso, como Jesús lo hizo. Si huimos porque duele, nos estamos devolviendo o yendo en una dirección equivocada, lejos de los planes de Dios.
Pero si nos agarramos de la mano de Jesús y caminamos confiadamente y tranquilamente a través de las dificultades de nuestros opresores a los lugares donde somos aceptados, nos vamos a encontrar en lugares donde Dios puede trabajar a través de nosotros poderosamente.
Nadie puede frustrar lo que Dios quiere hacer a través tuyo para hacer una diferencia en el mundo. Lo que parece como un obstáculo se convierte simplemente en una piedrita para una nueva oportunidad de servir al Señor con tus únicos y valíosos regalos, talentos y sabiduría
Lecturas de hoy: 1 Tesalonicenses 4:13-18 Salmo 96:1, 3-5, 11-13 Lucas 4:16-30 | 
