¿Qué estás dispuesto a cambiar en tu vida?






Esta es mi última reflexión para el Año Litúrgico I. Con el comienzo del Adviento el domingo, entramos en un nuevo año litúrgico (en la misa diaria será el año II; los domingos será el Ciclo A).


La lectura del Evangelio de hoy es una manera perfecta para terminar lo viejo y comenzar lo nuevo. Jesús está hablando acerca del crecimiento y florecimiento del Reino de Dios. Cada cosa en la Tierra eventualmente morirá -es todo temporal- pero lo que crezca en el reino de Dios es permanente.

¿Qué está muriendo hoy en tu vida?En este área están las semillas de una nueva vida, una nueva sanación, o una nueva madurez para tu paso por el jardín del Reino de Dios, en el camino hacia el cielo.

¿Qué semillas han brotado ya, de cambios sucedidos en tu vida?Tómate un momento de oración para notar cómo has crecido. Aprecia lo que ha pasado. Identifica los capullos que están listos para florecer. ¿Cómo glorificarán a Dios?

¿Qué frutos has estado produciendo para el Reino de Dios? ¿Qué capullos se han convertido en flores de bendición para otros? Estas flores indican qué hermoso eres tú para Dios (¡Sí! ¡Tú eres hermoso!), y, como las flores de un árbol de cereza, serán transformadas por el poder creativo de Dios en algo todavía más hermoso: buenas frutas que alimentarán a otros con perfume agradable y vitaminas espirituales saludables.

¿Cuáles son los frutos que ya está produciendo tu vida en Cristo? Piensa en algo que haces que beneficia a alguien más. Así es como Dios interactúa con tu mundo y lo cambia para mejor. Así es como Jesús redime y santifica donde vives, trabajas y juegas. Todo comienza con una semilla que florece a causa de un cambio en tu vida.

Hoy es la oportunidad ideal de reflexionar sobre tu crecimiento, porque hará de tu tiempo de Adviento (días de preparación) más significativos. Fertilizar y desmalezar la tierra de tu crecimiento mejorará tu tiempo de Navidad (días de nuevos nacimientos de Cristo donde ha estado ausente en tu vida diaria) y producirá más Reino de Dios permanente en ti.

Cambiar es doloroso generalmente. Es la muerte de algo viejo. Es el quiebre de la cáscara de la semilla. Los cambios producen temor, porque no sabemos qué va a pasar luego. Pero a pesar de todo esto, Cristo es firme, Dios es fiel, Su palabra permanece sólida y cierta. Mientras más atención prestemos al reino de Dios, más fácil será mirar más allá de lo que esté muriendo.

Échale una mirada a lo que es transitorio, y mantén tus ojos en Jesús y en su amor permanente por ti. La confusión viene de lo incierto, que llegó por no saber qué pasará luego ya que el paisaje luce diferente hoy. El camino a través de este jardín de crecimiento, siempre cambiante, se encuentra centrándonos calmadamente en la palabra irrevocable de Dios y en la presencia infalible de Jesús en la Eucaristía

El cambio no nos debe dar miedo. ¡Significa que el reino de Dios está cerca de una forma diferente





Reflexiones de las Buenas Nuevas
Jueves de la 34va Semana del Tiempo Ordinario
Noviembre 29, 2013


Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2013  por Terry A. Módica



  Lecturas del día:

    Daniel 7:2-14    
 Daniel 3:75-81
 Lucas 21:29-33


"El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran"