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En el salmo de hoy, el Señor dice: "Mi amor por mi siervo, será para siempre." ¡Por TI! ¿Puedes sentirlo? ¿Lo crees siempre, aun cuando los tiempos son duros y Él, aparentemente, no está respondiendo a tus plegarias?
Nuestras reacciones frente a las situaciones de la vida, revelan cuánto creemos verdaderamente que Dios nos ama y se preocupa por nosotros en todas las cosas, sin importar nada más.
Veamos por qué sucede esto; usando los diferentes tipos de suelos en la lectura del Evangelio de hoy.
-A veces escuchamos la verdad sólo en la superficie (el camino), porque nos han endurecido las mentiras. Escuchamos la verdad, pero los vientos de distracción o confusión o falsas imágenes, la soplan fuera. Por ejemplo, escuchamos que Dios nos perdona cuando nos arrepentimos, pero pasamos un mal momento admitiendo nuestros pecados, porque cuando éramos niños no comprendíamos el amor que había detrás de un castigo que nuestros padres nos imponían. Por ello hoy, preferimos engañarnos a nosotros mismos pensando que un pecado no es pecado, con tal de evitar lo que en realidad es una imagen equivocada de nuestro Padre Dios.
-A veces aceptamos la verdad alegremente, pero la olvidamos cuando somos golpeados por adversidades o persecución (el suelo rocoso). Sentimos el amor de Dios únicamente cuando la vida es fácil. Cuando las rocas desgarran nuestros pies, nos olvidamos del amor de Dios y tratamos de lidiar con los problemas a nuestra manera. Nos deshacemos de la persona que está lastimándonos, o saltamos a las soluciones sin orar pidiendo discernimiento, o nos enojamos con Dios en lugar de asociar nuestros sufrimientos a la Cruz de Cristo.
-A veces escuchamos la verdad con poco entusiasmo. Dejamos que mundanidades, ansiedades, caprichos, etc., (las espinas) la arranquen. Sabemos del amor de Dios, pero somos descuidados para calmarnos lo suficiente para disfrutarla. Estamos muy atareados con nuestros propios planes, muy atareados solucionando problemas, muy atareados corriendo hacia las decisiones y realizando nuestros deseos. Fracasamos en esperar la sabiduría y el tiempo perfecto de Dios.
-Y a veces le permitimos a la verdad que penetre en las profundidades de nuestros corazones (la tierra rica), y de muchos frutos. Piensa en la riqueza de tu suelo. Fíjate qué está creciendo en tus circunstancias diarias. ¿Qué decisiones y comportamientos están produciendo el amor de Dios y la alimentación de otros? Aquí es donde verdaderamente crees que Dios te ama.
Para dejar que la verdad penetre profundamente, debemos extraer las mentiras en las que creemos y aprender por qué son falsedades. Debemos darnos cuenta que cada problema puede fortalecernos y que estamos más cerca de Cristo cuando abrazamos nuestras cruces, en lugar de soltarlas de una forma esquiva, buscando una vida más fácil. Debemos identificar nuestras mundanidades, dejarlas ir, y mantener nuestros ojos en Jesús.
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario
Enero 29, 2014
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,
© 2014 por Terry A. Modica
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Las Bendiciones
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).
Bendíganse en todo momento...
Al despedirse, al acostarse, al saludarse...
Vale la pena recuperar la bendición en la familia. "Que Dios te bendiga, hija. Que Dios te bendiga, hijo", Que Dios te bendiga mi nieta querida, Que Dios te bendiga Yerno, Nuera y mi Espos@ adorad@, que Dios te bendiga.
Juntos, como familia, celebrar los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.
"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)
Lecturas del Día:
1 Samuel 3, 1-10. 19-20
Salmo 40, 2.5.7-10
Marcos 1, 29-39
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