¿Eres hijo de Dios?



La primer lectura del Evangelio de hoy nos dice claramente quienes somos los hijos de Dios y quienes los hijos del diablo: aquellos que no pecan, son hijos de Dios.
Los que pecan, son hijos del diablo.

Todo el que no ama a su hermano y el que no obra la justicia de Dios son del diablo.

Esto suena terrible. Si todos somos pecadores, porque el pecado está dentro de nuestra naturaleza, ¿entonces cómo podemos llamarnos hijos de Dios?

Es una de las preguntas que me hice alguna vez, recién empecé a reflexionar sobre mi relación con Dios. ¿Cómo puedo llamarme hija de Dios si soy pecadora y El aborrece el pecado?¿Cómo puede amarme si peco? 

San Agustín decía "Ama al pecador, aborrece el pecado". Y si San Agustín siendo pecador, descubrió el amor inmenso de Dios y la misericordia infinita de Jesucristo, sería porque el mismo Jesucristo lo miró a los ojos con ésa ternura con que se mira al hijo descarriado.

El padre del hijo que botó su fortuna y regresó aún temiendo la ira paterna, hizo una gran fiesta, lo vistió con buenos vestidos y lo engalanó como digno hijo suyo. Si éso hace un padre con defectos, ¿qué no hará Dios que es infinitamente bueno y justo?

Muchas veces el sólo nombre del diablo me espantaba, le tenía yo miedo. Ahora entiendo que lo que debo temer es al no hacer la voluntad de Dios, que debo tener el sano temor a la justicia divina porque Dios sólo desea mi bien. El no desea verme perdida.

Alguna vez un sacerdote me dijo que Dios estaba loco por mí, que deseaba entregarme su Amor y que sólo debía pedir ésa gracia para que Dios obrara maravillas en mi vida.

El pensar que un pecado puede ser más grande que la misericordia de Dios, es soberbia. Jesucristo nos dice que debemos ser humildes y mansos como El, que no debemos tener miedo.

Dios sabe mi pequeñez, conoce mi miedo. Por ello me envía su Espíritu santo para guiarme, para ilustrarme, para reconvenirme y para llevarme de nuevo al Padre de quien procedo.

Yo soy hija de Dios, no porque no peque, sino prque por su infinita Gracia y misericordia, El evita que yo peque, El me guarda para sí como un preciado tesoro. Soy infinitamente valiosa para El.

"Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta" Cuando descubrí la verdad de ésta sentencia, me dí cuenta del gran Amor de Dios hacia mí. De igual manera, tú puedes descubrir el mismo Amor de Dios hacia tí, porque ¿sabes?....
Dios está loco por tí y desea entregarte su Amor y guardarte para El!!!

(Reflexión de Laura Aguilar-Puntadas católicas)


Lecturas de hoy:  
Juan 7:10
Salmo 97; 8a. 8b-9

Juan 1:35-42