Jeroboán es el rey que fué designado por Dios para suceder a Salomón. Demostró ser un rey temeroso. Temía que la gente se volviera a Jerusalén, temía que se volvieran a la tribu de David.
Temía...Temía... Y cuando se teme, no se confía. Podemos preguntar entonces: ¿Porque Dios lo designó como rey para las 10 tribus restantes? ¿No es cierto que Dios conoce el corazón de sus hijos? Cuando nosotros preguntamos éso, entonces estamos siendo como Jeroboán: desconfiamos de la sabiduría de Dios y desconfiamos en las capacidades que Dios infundió en nosotros.
Si Jeroboán temía, era por su falta de fé en Dios. Seguramente era de aquellos que se decían: "Yo no soy capaz de hacerlo. Salomón es muy grande, ¿cómo voy a competir con su recuerdo? ¿cómo voy a ser digno de compararme con David?
Jeroboán terminó construyendo dos becerros de oro e incitó a la gente a adorarlo como lo hizo él mismo. Dios se encargó de que Joroboán y su gente fueran borrados de la tierra.
Vemos por otro lado a Jesús compadeciéndose de la gente que lo seguía, de su paciencia en no comer por escucharlo. Tomó el pan que sus discípulos llevaban y DANDO GRACIAS A DIOS empezaron a repartirlo. Comieron todos y sobró
Jesús siempre oró a Dios, siempre pidió a Dios. Y Jesús y sus seguidores siguen reinando en el Reino de Dios.
Cuando se tiene confianza en Dios, El nos da todo lo necesario, no lo que deseamos tal vez, pero sí lo que necesitamos.
Cuando nuestra fé es poca o no existe, entonces nos fabricamos "becerros de oro": nuestras familias, nuestros hijos, nuestros trabajos, nuestras casas, nuestras profesiones, todo aquello que nos aleja de Dios. El Salmo de hoy nos dice: Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo (confiamos en tí y en tu misericordia) Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido maldades e iniquidades. Nuestros padres en Egipto no comprendieron tus maravillas.
(reconocemos nuestras faltas)
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba.
(reconocemos ser dignos del que los hizo a su imágen y semejanza)
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el pais de Cam, portentos junto al mar Rojo.
(reconocemos las maravillas de Dios)
Oración
Acuérdate también de mí, Señor que me he olvidado tantas veces de tu sabiduría y misericordia.
Acuérdate también de mí, Señor que he dudado y he fabricado mis propios becerros de oro. Acuérdate también de mí, Señor que he incitado a otros a adorarlos también. Hazme digna de Tí, Señor. Amén
Reflexiones de las Buenas Nuevas
Sábado de la 5a Semana Tiempo ordinario Febrero 15, 2013 Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas © 2013 por Laura Aguilar
Lecturas del día:
primer libro de los Reyes (12,26-32;13,33-34) Sal 105, 6 7a. 19-20. 21-22 san Marcos (8,1-10) |