"¿Aún no comprenden?"
Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas tu ley, dándole descanso tras los años duros. Porque el Señor no rechaza a su pueblo, ni abandona su heredad: el justo obtendrá su derecho, y un porvenir los rectos de corazón. Cuando me parece que voy a tropezar, tu misericordia, Señor, me sostiene; cuando se multiplican mis preocupaciones, tus consuelos son mi delicia Esto nos dice el salmo de hoy, pero también lo dice el corazón que entiende la palabra de Dios. Ayer vimos a Jesús triste subir a una barca e irse a la otra orilla ante el acoso de los fariseos y escribas. Hoy lo vemos en la barca junto a sus discípulos. Alejense de Herodes y de los fariseos les dice. Sus discípulos no alcanzan a ver más allá de su preocupación por el alimento. No se dan cuenta que en el milagro de los peces que acaban de vivir, sobraron 5 canastos de pan y 7 canastos de pezcado, sin haber tenido antes tan sólo 5 panes y algunos peces. Con Cristo no falta nada, quien tiene a Cristo lo tiene todo ¿Cuántas veces nosotros también nos preocupamos por tantas cosas que no valen la pena, cuando lo tenemos todo porque tenemos a Jesús con nosotros? ¿Cuántas veces no queremos entender a Jesús y su palabra que nos previene de todo mal? La primera lectura nos dice que nuestros deseos generan nuestros actos pecaminosos. Jesús nos dice que nos alejemos de toda levadura del mundo, que fueron las que nos llevaron a pecar. Jesús nos hace hombres y mujeres nuevos, pero muchas veces nos cuesta cambiar porque nos aferramos a actitudes y afectos que no nos son benéficos? Recuerdo en éstos momentos una historia que leí hace mucho tiempo de un hombre que un día desapareció de su ciudad, dejando esposa e hijos,una buena casa, un buen trabajo, donde era considerado un hombre de éxito, porque su vida le era tediosa. Algunos años después se encontraba en otro pueblo, con otra esposa, con otros hijos, con otro trabajo y se sentía liberado. Podríamos pensar que es un tonto porque lleva la misma vida que dejó, pero no lo es porque no son las actividades que se realizan, sino los afectos a personas que no son benéficas en nuestras vidas los que nos atan. Lo mismo sucede cuando se entrega uno a Cristo, deja uno todo para seguirlo, se embarca uno con El sin preocuparse de lo que vendrá después. Hace 12 años yo me "embarqué" siguiendo al que me había salvado la vida, en una aventura que me ha llevado a tener ésta página, la cual a los 3 años de formada, desapareció porque no llenaba los requisitos que eran necesarios, porque había sido realizada sin siquiera darme cuenta de lo que hacía. Cambió de nombre de "Vivir es una aventura" a "Retazos y puntadas" aludiendo a mi antiguo oficio de costurera. Este mismo blog ha vuelto a cambiar a "Puntadas católicas". Me he entregado a la labor para la que Cristo me llamó hasta con el nombre para mostrar mi cambio al mundo para gloria de Dios y no mía.<
Y sin embargo, hoy tengo todo lo que una vez deje, siguiéndolo. Cristo te pregunta al igual que a mí lo hizo hace algunos años: ¿Quieres embarcarte conmigo? Martes de la Sexta semana del Tiempo Ordinario Febrero 18, 2014
Esta reflexión fue realizada para Puntadas católicas por Laura Aguilar© 2014
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Lecturas de hoy:
Santiago 1, 12-18Salmo 94, 12-15.18-19
Marcos 8, 14-21
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