Resistiendo al demonio




Sal 54,7-8.9-10a.10b-11.23
R/. Encomienda a Dios tus afanes, que El te sustentará


Pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!

Emigraría lejos, habitaría en el desierto.»
«Me pondría en seguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora, Señor;
del torrente de sus lenguas.»

Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda
sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga

Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda
sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga

El Salmo de hoy me habla del miedo que muchas veces  puede hacernos desear alejarnos de aquello que nos asusta, de aquello que puede lastimarnos. Quisiéramos ponernos a salvo. 
Ese es el instinto primero que nos indica el espíritu que nos fué infundido por Dios y que tiende al mal como nos dice Santiago cuando nos pregunta porqué nos llenamos de violencia.

En cambio, Jesús avanza con sus discípulos, alejándose de Galilea como vemos en el Evangelio de hoy. Tiene prisa. No quiere ser interrumpido, quiere dedicar el tiempo que le queda para instruir a sus discípulos.
Esa es la fé en Dios, la fé del que encomienda sus afanes a Dios como nos dice el salmista. Cristo no rehuye la cruz, sino que se apresura hacia ella.
Un poco antes, nos ha dicho que tomemos nuestra cruz y lo sigamos.

Les habla de lo que va a sucederle. No lo entienden totalmente, sin embargo empiezan a discutir entre ellos para saber quien será el encargado (seguramente hablaban de lo que pasaría cuando Jesús no estuviera con ellos).

Es la maldad existente en nosotros, la que nos hace temer, la que nos incita a la guerra, a la discusión. La envidia, las pasiones hacen presa de nosotros y nos llevan a la guerra con los demás.
intentamos salvarnos, alejándonos o peleando.
Jesús les dice que quien quiera ser el primero, deberá ser el servidor de todos.


Cuando siento la tentación de huir, recuerdo a mi padre diciéndome: "no tengas miedo, Laura" cuando el temblor en el 85 en México. En el primer temblor sólo salí corriendo a ponerme a salvo, olvidándome de todo. En el segundo temblor, mi padre me dijo suavemente: "No tengas miedo". Y me calmé, tomé a mi hijo pequeño y salí con calma hacia dónde él estaba.

Recuerdo a mi padre levantar su voz para acallar las de muchos cuando el camión en el que viajábamos se quedó sin frenos en una zona peligrosa.

Recuerdo a mi mamá poniéndose a orar cuando algún temblor interrumpía nuestras vidas.

Recuerdo a mi padre y recuerdo a mi madre, el valor con que enfrentaban situaciones tan difíciles, cómo eran capaces de sostener a otros, olvidándose de ellos mismos.

Recuerdo a mi mamá enfrentándose con un cirio en la mano ante una persona aterrorizante para mí cuando niña, para defender a sus hijos.

Y me lamento como dice Santiago de mi debilidad. Mis ojos se llenan de lágrimas ante mi impotencia, y no acierto mas que a pedir a Dios clemencia, justicia, misericordia. Sé que no soy ni la pequeña parte de lo que mis padres eran, pero su sólo recuerdo me llena de paz y fortaleza.
Muchas veces el sólo decir "mamá" me cura del miedo. Muchas veces he repetido ésa palabra en mi vida en los momentos duros y siempre he recibido respuesta.
Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantaráSantiago (4,1-10)
Eres de los que quieres huir cuando todo se pone difícil? Sólo recuerda: "No tengas miedo"  Dios te dará la fortaleza para resistir en ésas situaciones.

 Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Febrero 25, 2014


Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para "Puntadas católicas"@ 2014

Lecturas del día:
Santiago 4, 1-10
Salmo 55, 7-11a.23
Marcos 9, 30-37

Reflexiones para el AlmaEfesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
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