Dejando atrás el pasado



El Evangelio de hoy nos muestra a Jesús llamando a un publicano. Un publicano era una persona no bien vista
En el Evangelio de hoy, Jesús invita a un publicano recaudador de impuestos a seguirlo. Esto puedo imaginarlo. Un recaudador de impuestos era alguien no muy bien visto y aceptado por los israelitas, trabajaba para el "enemigo" que eran los gobernantes romanos.

Leí una novela muy conocida: "Lo que el viento se llevó", en ella los protagonistas desafían a toda la sociedad que es pobre pero unida, que vive con valores y que han sido dominados a fuerza por las armas. Se llenan de amigos como ellos, con mucho dinero y pocos escrúpulos para hacer trampas. Cuando ven a sus hijos no ser aceptados, él decide acercarlos a ésa sociedad que los rechaza, considera un gran honor el ser invitado a casas humildes y pobres, mucho más que a la de sus amigos adinerados.

Pero lo hacen por conveniencia. Leví quien después sería llamado Mateo, sigue a Cristo por amor, porque su propuesta de vida era mejor que la que llevaba. Debió ser fabuloso ver a Cristo con ésos ojos amorosos capaces de convertir a cualquiera, llamarlo, invitarlo a dejar una vida que seguramente no le satisfacía.

Leví hace una fiesta e invita a sus amigos, seguramente deseoso de que aquellos a los que quería, también conocieran de Jesús.

¿No es ésto lo que tú mismo hiciste cuando supiste de El?
Cuando sabes de algo bueno, cuando sabes una buena noticia, lo primero que quieres es que otros se beneficen también, ¿no?

Ese es el principio del amor, la ausencia de egoísmo, el compartir con otros aquellos que consideras bueno, guardar un pedazo de pan para aquél que lo necesita.

Ese es al amor que Jesús infunde en nosotros, el amor con que Dios nos creó y que muchas veces sepultamos entre la basura de nuestras envidias, rencores, resentimientos; oculta entre las telarañas de nuestros olvidos conscientes o inconscientes; entre la oscuridad de nuestros miedos.

Cristo es capaz de traspasarlos con una sóla palabra como decimos en cada misa, con la poca o mucha fé que El mismo nos inspira.

Nos promete Diois através de Iasaías
«Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña; reconstruirás viejas ruinas, levantarás sobre cimientos de antaño; te llamarán reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas.
Leví no dudó en seguir a Cristo. Jesús le cambió el nombre como signo de su conversión, como signo de su cambio.

¿Cuántas veces para lograr ser un vaso nuevo, Jesús te conduce a otro lugar, con otras personas? ¿Cuántas veces es necesario alejarte de viejos hábitos, de lugares, de personas para hacer de tí una persona nueva?

Abraham fué conducido a otra tierra. Al igual que Lot y muchas otras personas, dejando atrás muchas cosas.

¿Dirás "sí" al llamado de Jesús como hizo Leví, dejando atrás hasta el nombre si es preciso para que pueda hacerte nacer de nuevo?
Si es de ésa manera, sigue Isaías diciendo en el nombre de Dios:
Si detienes tus pies el sábado y no traficas en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob.»

Dies siempre cumple sus promesas. No lo dudes
Sal 85,1-2.3-4.5-6

R/. Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad

Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti. R/.

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti. R/.

Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.


 Reflexiones de las Buenas Nuevas
Sábado después de Ceniza del Tiempo de Cuaresma
Marzo 8, 2014

Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para "Puntadas católicas"@ 2014

Lecturas del día:
Isaías (58,9b-14)
Sal 85,1-2.3-4.5-6
san Lucas (5,27-32)

Reflexiones para el AlmaEfesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
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