Si Cristo venció a la muerte ¿porqué morimos?



En éstos días en que se intensifica la oración y la penitencia por nuestras faltas, he estado recordando las enseñanzas de los sacerdotes en mi infancia. Desgraciadamente, no acudía mi familia a misa cada domingo, pero recuerdo lo que la tradición familiar decía acerca de la Cuaresma, aprendido de sus padres.
Mi mamá se alejó de  su familia, pero después de haber padecido mucho, regresó al seno familiar y trató de inculcarnos las enseñanzas aprendidas de sus padres.

La Cuaresma es tiempo de penitencia, es tiempo de abstinencia. Si se nos pedía vivir con castidad y se daba importancia a la virginidad de hombres y mujeres, en ésta temporada se pedía que ni siquiera los casados tuvieran relaciones. La abstinencia se llevaba no sólo de carne como alimento, sino de relaciones sexuales. Como penitencia por nuestras faltas.

Todo se ha ido relajando. En la actualidad, se limita a abstenerse de "comer carne" del prójimo por medio de los chismes, o de robarlo, etc. lo cual es bueno, pero es algo que se hace todo el tiempo, cumpliendo con los 10 mandamientos.

El tiempo de Cuaresma es un acompañamiento a Cristo en el desierto, es dejarnos conducir por El al desierto. Cristo nos dijo "sed mansos y humildes como yo", nos pide asemejarnos a El. Y tal como El fué conducido al desierto para ser tentado, El nos quiere conducir al mismo desierto como seguidores suyos.

¿Quién condujo a Jesús al desierto? El Espíritu nos dice el Evangelio de hoy. Recordemos que Jesús es el Hijo de Dios, pero hecho hombre. Vivió como hombre, sintió como hombre, sufrió como hombre, murió como hombre para librarnos del pecado original.

¿Si Cristo al resucitar acabó con la muerte, cómo es que seguimos muriendo? Las consecuencias del pecado de nuestros padres Adán y Eva continúan: morimos al mundo porque Dios les prohibió comer del árbol de la vida y la muerte. Dios no puede desdecirse de lo dicho. Pero envió a su Hijo para librarnos de la muerte eterna y darnos la Gloria junto a El.

Es necesario, por lo tanto seguir a Cristo Jesús y dejarnos conducir por El por medio de su Espíritu Santo. Cuando María Magdalena, la gran pecadora, supo de la resurrección de su Señor, se alegró tanto que quiso abrazarlo y El se lo impidió diciéndole que aún no era tiempo, que aún no se llenaba de Gloria. Después de su resurrección estuvo aún 40 días con nosotros antes de enviar a su Espíritu Santo, para guiarnos y conducirnos. Todo ésto concuerda con lo que nos dice la Segunda lectura de hoy en que Pablo dice a los romanos que así como entró el pecado por uno, por uno también se borraría.

Como seguidores de Jesús no podemos quedarnos mirando su Ascensión, ni podemos mantenernos en el Monte Tabor, sino dejarnos conducir por el Espíritu Santo. Es por ello que la Iglesia prescribía el ayuno, abstinencia (de alimento, de relaciones sexuales) como penitencia. Si Jesús siendo inocente, fué tentado sucedió para que nos mostrara el camino de la Salvación.... y nosotros lo caminemos.

En la actualidad, se nos pide ayuno y abstinencia de carne los Viernes. Por lo menos, cumplamos con ello en ésta Cuaresma. Agregando un tiempo para orar, para rezar por lo menos un misterio diario del Santo Rosario, para bendecir la mesa antes de cada alimento.


"Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza


Reflexiones de las Buenas Nuevas
1er. Domingo de Cuaresma
Marzo 9, 2014


Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas @ 2014 

 "la vida no se nos ha dado para que la conservemos celosamente para nosotros mismos, sino que se nos ha dado, para que la donemos. ¡Queridos jóvenes, tengan un corazón grande! ¡No tengan miedo de soñar cosas grandes!" Papa Francisco.
Lecturas del día:
Génesis (2,7-9;3,1-7):
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17
Romanos (5,12-19)
san Mateo (4,1-11)
Sorpresa Espiriual Aqui