¿Qué está pidiéndote Dios que abandones?





Sal 97,1.2-3ab.3c-4

R/. El Señor da a conocer su victoria

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad
  

Hace ya 17 años llegamos a la ciudad donde vivimos, sin nada prácticamente, con $500.00 en la bolsa, dos niños en edad escolar, Dejando atrás familia, amigos, un lugar conocido de siempre.
Y teniendo sólo la ilusión de salir adelante.

Todo fué llegando, gracias a Dios. Nos instalamos como si fuera de siempre nuestro sitio....y de pronto... pum... me caí, me sumí en la oscuridad total.

Mi familia siguió funcionando, gracias a Dios.... era yo una muñeca desarticulada que funcionaba sólo porque Dios es muy grande.

....De todo ésto yo no me daba cuenta, perdida completamente entre los distintos miedos que siempre estuvieron acechándome y que hiceron explosión aquí. Y sin embargo, aquí estoy... de pie.

Porque Cristo me salvó. No es una frase sólamente... realmente me sacó del pozo profundo de la locura.

Yo no puedo decir que dejé casa, dinero y familia por seguir a Cristo... yo puedo decir que dejé una vida llena de frustraciones y desencantos; de esperar siempre por algo o alguien que nunca llega.
Una vida de esfuerzo sin recompensa. Una vida de entrega sin nada a cambio. Una vida de lucha vana y estéril.

En  el Evangelio de hoy, Pedro pregunta a Cristo cuál será su ganancia por seguirlo. "El 100 por uno" promete Jesús.
Y el 100 por uno he recibido.
Nunca antes me sentí tan amada, valorada y recompensada por mi esfuerzo.

Alguna vez alguien me preguntaba el porqué trabajaba tanto y ganaba mucho menos que personas con menos estudios y preparación. Le contesté que a mí el dinero no me importa. Y no mentí. 

Realmente considero al dinero como un medio para conseguir lo necesario, pero no lo indispensable en mi vida. Le dije que no trabajo por dinero... y se rió en mi cara,: " todo mundo trabaja por dinero"-me contestó.

Traté de explicarle que el dinero es una consecuencia de mi esfuerzo, pero el saber que con mi trabajo ayudo a otros a satisfacer alguna necesidad es una gran satisfacción. Por supuesto que espero que mi labor sea remunerada, pero no es el único aliciente que me mueve para trabajar. 

O me movía, porque desde hace 11 años, estoy dedicada a evangelizar por medio del internet.
Una labor para la cual fuí llamada seguramente, porque aún no logro entender cómo alguien que no sabía siquiera qué era el internet, pudo empezar una página como la que ahora tienes frente a tí.

Hace poco me preguntaron cómo lo había hecho... y no lo sé. Fuí impulsada por la necesidad imperiosa de comunicar lo que Jesús había hecho conmigo, de comunicar las muchas veces que ha estado presente en mi vida de un modo palpable sin yo darme cuenta, pero intuyéndolo.

Durante 8 años no gané un sólo centavo por mi labor, pero la satisfacción de saber que estoy trabajando para Aquél que me lo ha dado todo; la satisfacción de saber que a alguien le es útil lo que hago me bastaba y me sigue bastando para hacerlo.

Y es que Cristo cumple lo que promete. Llena el vaso y éste rebosa. Mi vida ahora ya no es vacía y estéril, ni mi esfuerzo vano y sin recompensa. El lo llena todo.
Poco a poco, ha ido conformándome para relizar la labor que me ha encomendado.

El l00 por uno aquí.... y en la vida eterna. Aleluya!!!

Como hijos obedientes, no os amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. El que os llamó es santo; como él, sed también vosotros santos en toda vuestra conducta, porque dice la Escritura: «Seréis santos, porque yo soy santo.» san Pedro (1,10-16

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Martes de la 8ª Semana del Tiempo Ordinario
Marzo 4, 2014


Esta reflexión fue realizada por  Laura Aguialr para Puntadas católicas@ 2014
Diseño: Reflexiones para el alma



CUARESMA

Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de Oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno.  

Lecturas de hoy:  
1 Pedro 1, 10-16
Salmo 98, 1-4
Marcos 10, 28-31
   
 







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