¿Te sientes desanimado?




¡Entonces pon tu atención de nuevo en Jesús!

Jesús es tu razón para la esperanza, no las circunstancias ni las personas en tu vida. Dios es más grande que tu peor problema, y le importas - Él realmente, se preocupa por ti. Pero Él no tiene una varita mágica para hacer que todo de repente se convierta en fácil y agradable y feliz. ¿Qué santidad aprenderíamos de eso? ¿Y cómo las personas que nos están causando problemas ganarían humildad?

Si pudiéramos visitar el lejano futuro y mirar hacia atrás en este momento y ver dos rutas opcionales - una en la que Dios nos llevó en un atajo hasta el final de nuestros problemas y otra en el que caminamos todo el camino a través del valle de sombra con Jesús - sin duda preferiríamos la segunda. ¡Hay mucho más que se podemos obtener! Más bendiciones, más triunfos, más crecimiento espiritual, más beneficios a los otros que están en el viaje con nosotros, más de ministerio que viene de él para que podamos hacer una diferencia grande en ayudar a otros, y así sucesivamente, mucho más.

Sin embargo, dejando de lado nuestro deseo de que todo sea fácil y agradable y feliz en este momento es una muerte difícil. Vamos a llorar, pero el duelo nos va a ayudar a llegar más allá de la alegría de la resurrección que surge de las penurias.

Todas nuestras muertes (nuestros sufrimientos, nuestras humillaciones, nuestros rechazos, nuestras persecuciones, las falsas acusaciones contra nosotros, la pérdida de las personas que amamos, etc.) siempre resultarán en resurrecciones si seguimos de cerca a Jesús. Pero en medio del desaliento y la depresión, parece imposible, ¿verdad? Eso es porque antes de que ocurra la resurrección, no podemos imaginar cómo Dios va a convertir nuestras muertes diarias en una nueva vida.

Para que Jesús sea nuestra fuente de esperanza tenemos que colocarlo directamente en frente de nosotros y debemos mantener nuestros ojos en él. Tenemos que dejar que bloquee nuestra visión de lo que está mal y lo que tememos que podría salir mal. Tenemos que dejar que su crucifixión absorba el dolor que estamos sintiendo. Cuando conectamos nuestros sufrimientos al sacrificio de Cristo, también conectamos nuestras vidas a su resurrección.

Como dice San Pablo en la primera lectura de hoy, ¿cómo puedes decir que no habrá resurrección para ti? Si no hay resurrección, Cristo mismo no ha resucitado y nuestra fe es inútil, sin sentido.

En lugar de ver la evidencia del sufrimiento y la muerte y usarlas como prueba de que nuestras vidas no van a mejorar tenemos que esperar el tiempo perfecto de Dios para la nueva vida que comienza. Al confiar en él y seguir su guía en cada paso del camino, podemos cantar con el salmista en nuestro salmo responsorial de hoy, "Señor, cuando tu gloria aparezca, mi gozo será completo!


Reflexión de las Buenas Nuevas
Viernes de la semana 24 del Tiempo Ordinario
19 de septiembre 2014
 
Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html,  registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2013. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor
© 2014  por Terry A. Módica  
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Lecturas de hoy:
1 Corintios 15: 12-20
Salmo 17: 1bcd, 6-8b, 15
Lucas 8: 1-3 






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