Acéptate a ti mismo




El conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.

Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás.
¿Por qué eres tímido y estás paralizado por un complejo de inferioridad? Porque no has aceptado ser tú mismo ante los otros y temes su opinión. Sé tú mismo. Los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras.
 No tienes derecho a ponerte una máscara, a representar una comedia, pues sería un robo a los demás. Puedes decirte a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy un ejemplar único salido de las manos de Dios”
(Michel Quoist).

Por un sabio plan divino las personas somos distintas, tenemos diversas capacidades, diferentes inclinaciones y gustos. Es una realidad que debes aceptar en paz, sin dejarte alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni por el orgullo de lo que te ha tocado. Es señal de madurez la aceptación serena de ti mismo con tus capacidades y carencias.

* Enviado por el P. Natalio





Pensamiento del día

“Mi espíritu no es nada, pero asociado con la cruz,
es escándalo para los incrédulos,
para nosotros en cambio es salvación y virtud eterna”
(San Ignacio de Antioquía)


Sana, Señor, las raíces de mis tristezas ocultas, llega hasta el fondo de mis males, para que pueda recuperar el verdadero gozo.
Eso espero de tu amor, mi Señor poderoso
No dejes que me entregue en los brazos enfermos de la melancolía, no permitas que me envenene interiormente con las quejas o el desaliento. Todo eso es inútil.
No quisiera gastar mis energías y mi tiempo en esos sentimientos dañinos. Mejor tómame con tu luz. Dame una mirada positiva, optimista, esperanzada.
Convénceme, con un toque de tu Espíritu, de que la entrega generosa a tu Reino es el mejor camino.
Amén.

Víctor Manuel Fernández,
Arzobispo de la ciudad de La Plata, Argentina