El loro y el hornero




Cuando comienzan las dificultades y reveses en tu vida, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre todas, sobresale una que debes valorar, entrenar y servirte de ella: la voluntad.
El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en desalojar los defectos y mejorar los buenos hábitos.

Un loro, iba por todas partes, diciendo que su nido estaba deshecho sin compostura, y tan sucio que ya no se podía vivir en él.

El hornero, extrañaba que pudiera uno hablar tan mal de su propio nido. Y un día, le preguntó al loro por qué no trataba de componer el suyo.

—Si no tiene más remedio, amigo –le contestó el loro–; los loros somos así; luego de hacer algo, lo destruimos; nuestra raza es una raza ruin.

—Haces mal, loro, en hablar así de tu hogar y de los tuyos –le dijo el hornero–; sería mejor, no ensuciar, ni destruir tu nido; pero todo mal tiene compostura, menos para el que se figura que no la tiene.
Daireaux
Busca siempre la faz luminosa y positiva de todos los obstáculos y reveses que te presente cada día.
No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida.
Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.

Padre Natalio




Muchas veces nos empeñamos en ir de prisa, hacer muchas cosas a la vez y querer probarlo todo. Al final, lo único que conseguimos es estar agotados y no llegar a ningún lado.

Estresados y derrotados no entendemos por qué la vida se nos convierte en una cuesta arriba tan difícil de transitar.
Hoy, saborea lo que hagas poco a poco, consciente de que tienes muchos más días por delante.



Pensamiento
"Los mejores médicos del mundo son: el doctor dieta, el doctor reposo y el doctor alegría"
Jonathan Swift





Señor
Te ruego que, más allá de todo, bendigas a los demás a través de mi tarea. Dales lo que más necesiten.

Te ofrezco por ellos mi cansancio, mis tensiones, o simplemente el tiempo que dediqué a ese trabajo. Penetra dentro de mí con tu santo Espíritu y purifícame de todo mal sentimiento que haya en mi interior.

Cura toda tristeza, toda desilusión, todo resentimiento. Deja dentro de mí sólo tu paz y el deseo de seguir sirviéndote.

Bendito seas por todo porque eres un Dios vivo que abres tu mano y derramas bendición. Abre esa mano, Señor. Aquí estoy para recibir tu manantial de luz.

Amén
Mons. Víctor Manuel Fernández