De visita en Francia 1

Por Laura Aguilar Ramírez


Un día más en Francia.
Cansada... puedo decir que me he cansado todos los días, tanto que no he tomado la pastilla que tomo todas las noches y que me hace dormir, jeje

Cansada, pero contenta.
Después de un rico desayuno que tenia ganas de comer hace mucho. Y que no había podido comer porque veo recetas que me gustaría comer, pero cuando quiero comprar los ingredientes no los encuentro en donde vivo. Así que hoy probé una comida china sencilla de arroz con huevo y dumplings que son unas pequeñas bolsitas triangulares de una especie de crepas delgadas rellenas de una especie de carne que no es carne, pero sabe a carne jeje. Como el relleno de los chun kun, hecho de col condimentada. Todo bañado con salsa de pescado. Rico..

Después fuimos a un parque donde jugamos y ví muchos árboles que desconocía. Hay unos increíbles que cuando viajamos por carretera pensé que eran nidos de aves grandes porque se ven como bolitas colgando de un arbol con pocas hojas. Al verlos de cerca, pude constatar que no son nidos, sino una especie de arbustos parásitos del árbol porque tienen hojas distintas y tienen una forma redonda. Curiosos
Ví otros con unas hojas brillantes, pero con una especie de espinas en las puntas. Encontré uno que da una fruta que parece pera silvestre pero pequeña. Por supuesto que recogí algunas. Tienen buen sabor, aunque unas están verdes. Se pueden hacer en dulce. Es como hacer lo que muchas veces lee uno en los cuentos, que van por el bosque recogiendo bayas, setas. Que por cierto, también ví algunas hongos curiosos. No me atreví a cortar unos para probarlos, porque era apenas mi primer salida jeje. Y hoy no encontré si no, los hubiera cortado.

Las calles están llenas de árboles, lo cual me encanta. Las casas son como de juguete o de cuento. Bellas. Y es que recorrer algunas calles es como entrar a un cuento, con las clásicas casitas de dos aguas, con sus ventanas, que pintamos de niños. Pasamos por un tunel que me recordó mi infancia. Y un inolvidable paseo con mi padre por una carretera que no supe cuál era, pero que nos llevó a un balneario. El tunel estaba formado por árboles a cada lado de la carretera. Fué uno de los pocos recuerdos que tengo de mi papá. Y los recuerdos que tengo de él, son bellos. Todos de viajes, jeje.
Mis padres estaban separados y por lo tanto, me crié con mi abuelita. Mi papa nos visitaba de vez en vez y en vacaciones nos llevaba de paseo. Era fabuloso ir por la carretera, disfurtando los paisajes. A mi papá le gustaban las actividades acuáticas, pues fué marinero en su juventud hasta que nacimos mi hermana y yo.

Era muy bueno nadando en el mar y echando clavados en la Quebrada de Acapulco ya que ahí era la base de su barco. Conoció varios puertos mexicanos y llegó a un puerto francés. Se reía mucho contándolo, porque fué el único viaje en el que lo arrestaron y no lo dejaron bajar a Marsella. Viajar tan lejos para no poder desembarcar en un país extranjero, decía. No sé si sería karma o qué, pero mi padre nunca pisó suelo extranjero. De hecho, murió en la frontera con Estados Unidos. Nunca intentó cruzar, se quedó ahí a trabajar porque ahí encontró lo necesario para su familia.

Así que por su pasado marinero, nos llevaba a balnearios y a Acapulco. Sentía mucho orgullo viéndolo lanzarse desde el trampolín más alto. Miraba hacia arriba y lo veía lanzarse. Muchos lo admiraban porque no mucha gente hacía lo que él.

Esa era la sensación de estar con mi padre. Orgullo de ser su hija. Seguridad al estar con él. Saber que a su lado no podía pasarme nada malo.

Todo éso se me vino a la cabeza al cruzar por el tunel formado por árboles en el parque.

El parque, el bosque, las albercas, el mar son parte de los momentos más bonitos que he pasado en mi vida. Todos junto a las personas que he amado: mis padres y mis hijos.

Buen día. Cansada. Ahora un buen baño y a descansar la espalda. Me sentí jovencita y me puse a dar patadas al balón.
También hay que descansar los hombros. Me sentí jovencita y me puse a lanzar una pelota.

Mi esposo y yo, según hicimos lanzamientos de beis jeje. Y nos enviamos la pelota de fut. Hasta con los dos pies le dí.

Pero, bueno... llegó mi hijo y hasta dominaditas con el pie hizo. Seguro éso no se le olvidará a su hijo de tres años.

Mi esposo y yo teníamos chorrocientos años de no hacerlo. Llenamos el parquecito de polilla, jajaja.

Terminamos con una cena deliciosa. Carne super suave, una ensalada de lechuga con queso, tomates cherries, verdura al horno: papas, garbanzo, col, zanahoria, agua de pepino con limón, pero hecha sólo con las rebanadas.

Ay, mis rodillas... ay, mi espalda... ay, mis hombros... A ver si mañana me levanto.
Me prometieron pan de plátano que hace mi nuera.