De visita en Francia 10

Por Laura Aguilar Ramírez

Casi mes y medio llevamos en casa de mi hijo y su familia.
Pasamos parte de las vacaciones de Verano con ellos en diversas playas. Hemos estado en el inicio de la vida escolar de nuestro nieto.

Ahora hemos regresado a la vida normal, a la vida diaria.
Es increíble cómo crecen los niños. Vimos a nuestro nietecito a los 7 meses personalmente y en persona, pudimos olerlo y abrazarlo. Era un encanto de bebé. Nos tocó ir por él a la Guardería, nos tocó verlo levantarse, verlo dejar de gatear, escuchar sus primeras palabras (entendibles, por lo menos).

Nos visitaron hace 1 año y medio cuando tenía 1 año y 11 meses. Ya caminaba, empezaba a hablar más fluido, jugaba más. Aunque interactuar con niños no le era tan sencillo. Es hijo único, su único primo es más pequeño que él, convivió hasta los 3 años con el mismo grupo de niños, así que fuera de ése grupo, no convivía con más niños.

Ahora, es un niño muy sociable. Tuvo algunos problemillas al entrar a la Maternal (algo así como el preámbulo del kinder) Problemillas en cuanto a algo de nerviosismo, pero ahora a tan sólo 18 días de haber iniciado, las maestras le dicen a mi nuera que socializa muy bien, que es muy participativo, que pone mucha atención, que si todos los niños fueran como él sería más sencilla su labor (cosa que lo pone a uno como pavoreal, jeje)

Habla mucho, se expresa muy bien, es muy inteligente (trata de enseñarnos francés, jajaja) Es mejor maestro que nosotros estudiantes, jejeje

Pocos niños que he tenido la oportunidad de tener al lado, se desenvuelven tan bien como él. Tiene mucha facilidad motriz, es muy dinámico. Le gusta leer (bueno...que le lean) los libros son muy buenos amigos de él. Ahora trata de "leer" es decir, repite mucho de lo que recuerda que le leyeron sus papás. Tiene  muy buena memoria.

Qué voy a decir yo que soy su abuela? jeje
Pero independientemente de éso, me siento aveces sorprendida de sus capacidades y orgullosa de mi hijo que es tan buen papá. Le tiene mucha paciencia, lo trata con mucho respeto, le han dado libertad para expresarse y para actuar tanto mi hijo como mi nuera. Y éso se refleja en su manera de desenvolverse.

Claro que como todo niño de su edad, tiene sus "cosillas" que yo como señora de la vieja guardia a veces no veo tan bien, como que de repente se desespera y recurre a pegar. Yo en mis tiempos, siendo mi hijo le hubiera castigado o llamado enérgicamente la atención, pero tanto mi nuera como mi hijo recurren a la comunicación, a explicarle y a decirle que pida perdón.

Eso es lo que más me gusta de mi hijo y de mi nuera, que se ponen de acuerdo en la manera de educar a su hijo. Recuerdo lo difícil que fué para mí muchas veces el ponerme de acuerdo con mi esposo respecto a éso. Si alguna vez hemos tenido problemas mi esposo  y yo ha sido por ésa cuestión, por la educación de los niños. Ni la falta de dinero, de trabajo o alguna cuestión así fué motivo de discusiones como la diferencia en la manera de educar a nuestros hijos.

He sentido muchas emociones en éstos días, he llorado mucho. Por la "ansia" me da la nostalgia. Septiembre es un mes cargado de emociones: mi papá y mi tío que estuvo siempre a lo largo de mi vida, nacieron en éste mes. También es cumple de mi esposo y mío.
Mi papá y mi tío fallecieron en Agosto. A pesar de haber pasado 34 años de la muerte de mi papá y ya 3 de la muerte de mi tío, los extraño a ambos. Casi tanto como a mi mamá que ya tiene 22 años de fallecida.

He llorado por cada día que se acerca más a nuestro regreso. Nunca pensé en el futuro de mis hijos o mejor dicho, en lo que serían, estudiarían, etc. Pensaba en que estudiarían, se casarían, tendrían hijos y que yo sería una orgullosa abuela.
Pero  nunca pensé en que uno de ellos se fuera a vivir al otro lado del "charco" y que nos veríamos una vez al año.

Ahora me es más difícil porque no estoy completamente sana. La vez anterior, me salió sangre de mi mano 3 veces por un angioma que tengo desde bebé, regresé a México en silla de ruedas porque no podía caminar sin que me doliera hacerlo.

Por la pérdida de sangre y el dolor al caminar me dieron mucho medicamento en Francia, me vieron varios doctores y cada uno me recetaba. Así que no sé si éso afectó también.
Llegando a Ensenada, mi hijo me llevó a un hospital particular, donde me inyectaron para el dolor, me trató un doctor con ozonoterapía para la espalda. Sentí de repente un pinchazo en un dedo.
Me dieron medicamento para el angioma.

Me hicieron una biopsia para ver de qué eran unas pequeñas bolitas que salieron en una mastografía de rutina. Resultó que era leche que se queda residual hecha polvo como me habían dicho anteriormente. Pero no quisieron quedarse con la duda y me hicieron la biopsia.

Total, entre tanto doctor y tanto medicamento, me resultó una neuropatía. Tengo dieta que trato de seguir lo mejor que puedo, tengo prescrito ejercicios que trato de realizar también, tomo una pastilla que me producce sueño para la neuropatía.

Llevo una vida normal, puedo realizar todas mis actividades, pero el adormecimiento en los dedos no desaparece. No es doloroso, pero es incómodo.

Así que si de por sí, nadie tenemos la vida comprada, ni sabemos el día ni la hora, yo siento cada día como un regalo.
Recuerdo mucho el vivir como si fuera el primer día, hacer todo como si fuera la primera vez, pero también como si fuera la última.

Una cosa que me duele es que no deseo que mi nieto tenga tan poco tiempo a sus abuelos. Mis hijos no recuerdan a mi papá, porque tenían 5 y 3 años. Siempre pienso lo fabuloso que hubiera sido el que lo conocieran, que lo recordaran. Era muy lindo con los niños, muy cariñoso. Era alegre y vivaz.
Hubiera sido un abuelo increíble con mis hijos como lo fué con los hijos de mi hermana que lo disfrutaron más tiempo.

Yo deseo vivir lo suficiente para que mi nieto me recuerde, trato de ser lo mejor que puedo para que tenga un buen recuerdo mío.
Trato de no hacer planes a futuro, porque no sé qué tanto futuro tenga. Trato de vivir el presente y disfrutarlo lo más que pueda.

Cada salida con mi nieto es un regalo. Cada comida con mi hijo y su familia también lo es.

Cada día agradezco a Dios la dicha  de poder disfrutar de mis hijos. He llorado también por las veces que he sido tan desagradecida con ellos, por las veces que he actuado mal con ellos debido a la ansiedad, al miedo de morir, a la desesperación de la enfermedad.

Pero ésos sentimientos han ido dando paso al agradecimiento. Creí no volver a venir a Francia y pude hacerlo gracias a Dios. Pude venir a agradecer a la Virgen en Chartres el milagro de estar viva.
No sé si regresaré alguna vez. Eso sólo Dios lo sabe, pero agradezco el estar aquí hoy.
Aveces tengo muchos resentimientos con los doctores que no tuvieron el cuidado de ver por mi salud, cada uno tratando sólo su especialidad, sin verme realmente como persona, sino como un caso médico interesante o como una oportunidad de experimentar conmigo.

Pero la justicia no es cosa mía, sino de Dios. Y El es quien juzga y quien condena o salva,  no yo.
Por la enfermedad he estado más sensible de lo normal. Me he impacientado, me he resentido con muchas personas, he pensado muy mal  de muchos. Gracias a Dios no he hecho nada en contra de nadie.  No gracias a mí, sino a Dios. Trato de orar diariamente, de escuchar misa lo mas seguido que puedo.

Extraño estar en mi casa, porque allá llevo la dieta, la rutina de ejercicios como es, porque oigo misa diariamente, asisto a la Eucaristía los viernes y domingos y los miércoles a la Adoración al Santísimo.

Cuando dejo de estar en contacto con la Iglesia, lloro más. Me hace falta sentir la cercanía de Dios en su Iglesia. No es lo mismo por internet, pero también es importante estar con mi hijo y su familia en persona y no sólo por teléfono.

Agradezo la oportunidad de abrazar a mi hijo, a mi nieto, de escucharlos, de estar con ellos. 
Mi nuera se porta muy bien, me tiene paciencia y a mi esposo también.

Sólo tengo motivos de agradecimiento.
Mi hijo mayor se está haciendo cargo de mis 4 animalitos: mis 3 perros y  mi gata que han sido mis compañeros en tanto tiempo: 15 años una de mis perritas, 14 mi gatita, 7 años otra perrita y 5 el perro.
Sé que me necesitan, que deben extrañarnos como yo a ellos, pero también sé que mi hijo los va a ver, les da de comer, a pesar de tanto trabajo como tiene. Mi nuera su esposa le ayuda también.

Qué bueno es Dios conmigo al darme dos hijos tan buenos, 2 nueras tan pacientes con ellos y con mi esposo y conmigo y un hermoso nieto que es la cereza en el pastel.

Dichosa yo que tengo tanto y que a veces valoro tan poco habiendo tantas personas que desearían tener una vida tan normal y sencilla como la mía, donde parece que no pasa nada, que lo más importante del día es ir a llevar y traer al nieto, ver que coma y que no vea tanta televisión.

Eso es lo más importante de la jornada para mí. La limpieza, planchada y demás es secundario.
Mientras hay gente que se preocupa de la administración de un país o cosas así de importantes, mi vida es muy sencilla y normal, gracias a Dios. No deseo otro tipo de vida.

Disculpen la falta de fotos, pero mi nietecito de 3 años no le gusta que le tome fotos, me dice en su poco español afrancesado "no, abuelita"