Jesús la luz que resplandece


El día de ayer, atropellaron a uno de mis perros. Pasó un carro y lo aventó, le lastimó la pelvis y lo llevámos al veterinario. Gracias a Dios, tiene compostura. Necesitará un tiempo de reposo, cuidados, dieta, medicamentos.

¿A qué viene ésto? puedes preguntarte. Simplemente a que uno no cuenta con situaciones inesperadas. Uno puede planear un día, pero finalmente no somos sólos en éste mundo. Mi esposo y yo, teníamos pensado utilizar nuestros recursos en algunas cuestiones... y de repente, el mal manejo de una mala persona, cambió el destino de ellos. El mal existe, se presenta en nuestras vidas cuando menos lo esperamos y de la manera que menos imaginamos. Sabemos que toda persona que actúa mal, termina recibiendo una sopa de su propio chocolate. Mientras tanto, debemos seguir sosteniéndonos en nuestra fé, sosteniéndonos en Cristo Jesús.

Las primeras comunidades cristianas, vivían tal como Cristo Jesús les enseñó: se reunían a orar, se ayudaban unos a otros. Algunos, como nos relata la primera lectura, fueron llevados a la cárcel y sacados por un ángel con la consigna de seguir predicando y haciendo lo que Jesús les enseñó. La luz debe seguir brillando a pesar de las adversidades.

Hay personas a las que no les agrada que la luz brille, porque salen a relucir sus malas obras. Como la persona que atropelló a mi perro. Lo hizo cuando no había nadie, amparándose en el anonimato (o sea, en la oscuridad) como se dan valor muchas personas para dejar salir sus malos instintos, creyendo que nadie los ve, que pueden actuar impúnemente. Pero hay un testigo al que no pueden acallar: su conciencia.

Por más que quieran acallarla, no lo lograrán. Sean o no creyentes, no lo lograrán. Hay muchas personas que lastiman a los animales para sacar sus frustraciones; otras, para obtener beneficios económicos de ellos; otras más, simplemente porque no soportan ver que existimos personas que los amamos y cuidamos, tal vez mejor de lo que ellos cuidan a sus propios hijos.

En lugar de envidiar a quienes nos brindan un poco de cariño, un poco de amor como pueden ser las mascotas, podrían muy bien hacer lo mismo que uno: encargarse de sus hijos y como parte de la familia, tener una mascota a quienes sus hijos puedan cuidar con el mismo amor con que sus padres los cuidan a ellos.

Las mascotas fueron una parte muy importante en la vida de mis hijos en éste lugar. Llegaron siendo preadolescentes, no eran muy bien vistos por sus compañeros por tener costumbres muy distintas y nuestras mascotas les brindaron mucho amor, les brindaron muchos momentos de alegría. Fueron sus compañeros a los cuales abrazar, con los cuales llorar cuando no había nadie que sustituyera los brazos de su madre.

Ellos los acompañaron en su soledad mientras yo trabajaba. Ellos los esperaban a su llegada de la escuela. Tal como sucedió conmigo cuando era muy pequeña. Un perro llamado "Terry" nos acompañaba a la escuela, nos esperaba fuera de ella y nos dejaba en casa.

Hay personas tan malas que hasta ése pequeño consuelo, quieren quitarle a los demás. Yo he tratado de entenderlos, de brindarles cuidados y cariño, pero muchos están tan llenos de frustraciones y tan llenos de rencores y tan llenos de miseria espiritual que no dejan entran ni siquiera un rayo de luz a sus vidas como puede ser una mascota, que termina siendo un amigo entrañable.

Cuando yo veo a mis amigos de cuatro patas, no veo un perro o un gato, o un pez, veo a unos seres que Dios envió para acompañarme en mi soledad, para brindarme cariño cuando lo necesito. Veo a los compañeros de juegos de mis hijos, que Dios les envió cuando los necesitaron.

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Segunda Semana de Pascua
Abril 30, 2014


Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas© 2014

Diseño de Reflexiones para el alma

"Si queremos evangelizer al mundo, cada uno de nosotros debe empezar por tratar de convertirse en santo."
~ Arzobispo John Patrick Foley


Lecturas de hoy:
Hechos 5, 17-26
Salmo 34, 2-9
Juan 3, 16-21

Sorpresa Espiritual AQUI 

¿Cómo reconoces a Jesús en tu vida?



¿Cuántas veces el desánimo, las dificultades nos hacen desistir de algún proyecto? Tal vez tu respuesta sería: muchas.

O tal vez tu respuesta sería: lo he intentado de todas las maneras que se me han ocurrido y el resultado no cambia.
Esto es lo que sucedió a los discípulos en las lecturas de hoy.

En el Evangelio, Jesús se presenta a los discípulos que han salido a pescar sin lograrlo. Jesús se presenta a ellos, y les dice que vuelvan a intentarlo, ahora del lado derecho. Ellos lo hacen, aún cuando no han reconocido al Señor... y obtienen una gran pesca.
Es entonces que reconocen a Cristo.

Al volver a la playa, lo encuentran con el fuego encendido y preparando la cena.

Muchas veces, olvidamos aquello que nos ha sido enseñado a pesar de saberlo, a pesar de habernos resultado.
 Olvidamos pedir a Jesús que actúe a favor nuestro.

Cuando perdemos de vista a Cristo, tendemos a seguir a otros fácilmente. Los discípulos al no pescar, escucharon a quien les dijo que echaran las redes al lado derecho... a pesar de haberlo hecho anteriormente.
Reconocieron a Jesús cuando la pesca fué abundante. Pedro se lanzó al agua a encontrarse con él, porque su corazón se alegró. Los otros discípulos tardaron un poco más en llegar.

Eso sucede cuando recién conocemos de Cristo. Olvidamos fácilmente lo enseñado. La asedia espiritual puede hacer presa de nosotros. Es por ello que Cristo está siempre cerca nuestro por medio de su Espíritu santo. Se presenta a nosotros para recordarnos su presencia y en su infinita misericordia, lo hace en los momentos de mayor desaliento o tristeza.

Muchos hemos sido bautizados, hemos hecho nuestra Primera comunión y hasta ahí llega nuestra cercanía con Jesús.
Tal vez cuando niños, teníamos fé, pero poco a poco lo hemos ido olvidando, lo hacemos a un lado.

Muchas veces nos preguntamos dónde está Dios cuando lo necesitamos. Y olvidamos que ha estado en aquella persona que se acercó en nuestros momentos de necesidad, en nuestros momentos de desaliento, en aquellos momentos en que sentimos que la vida nos devora. Puede no ser una cara conocida, puede no ser un familiar siquiera, puede ser alguien que no volvamos a ver, pero Dios siempre se hace presente en nuestras vidas.

El siempre nos espera para compartir con nosotros el pan. Como los discípulos de Emaus que encontraron a Jesús en el camino y no lo reconocieron, sino hasta que partió con ellos el pan.

Recuerdo una gran necesidad que teníamos en casa. Era tanta, que mi esposo compró un billete de lotería y lo colocó en un cuadro de la Virgen de Guadalupe (de quien nunca se acordaba, por cierto) Por supuesto que no nos sacamos la lotería. Es más, ni siquiera nos acordamos de revisar el periódico, puesto que ése mismo día encontré bajo el colchón de la cama, unas acciones que al venderlas nos sacaron de apuros.

Fué tan increíble, que no me dí cuenta de ello sino hasta años después. Estaba muy lejos de Cristo en ése tiempo, que ni siquiera lo recordaba.
Yo no acostumbraba mover los colchones. Sin embargo, ése día leí en las indicaciones, que era recomendable mover los colchones cada tanto, para conservarlos más tiempo. Así que ése día decidí hacerlo y encontré las acciones. Puede parecer tonto, pero ni mi esposo recordaba haberlas guardado, ni yo conocía de su existencia porque no acostumbraba levantar los colchones nunca. Y sin embargo, justo después de haber solicitado a la Virgen un milagro, éste se presentó de una manera insospechada.

Así es como sucede muchas veces. No siempre la respuesta es tal como lo pedimos, pero siempre es lo que necesitamos. No debemos dudar nunca de que somos escuchados, de que somos atendidos en nuestras necesidades, pero tampoco olvidemos agradecer y compartir el pan con Cristo. Jesús esperaba a sus discípulos, asando un pescado. Les ordenó llevar unos peces para compartirlo y cenar. Fué entonces que lo reconocieron: Al partir el pan.

Le Eucaristía de cada misa es toda una enseñanza pór sí misma. Un sacerdote nos decía al despedirnos: "Vayan a vivir lo que aquí han visto"
Es decir: da el saludo de paz, comparte el pan, habla de Cristo. El no nos olvida. No lo olvidemos tampoco nosotros.


Salmo 117,1-2.4.22-24.25-27a

R/. La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon
los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Viernes de la Octava de Pascua
Abril 25, 2014



Esta reflexión fue realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas(c) 2014



Lecturas de hoy:
Hechos 4, 1-12
Salmo 118, 1-2.4.22-27a
Juan 21, 1-14

Reflexiones para el Alma               Efesios 6, 11 - 13

11. .Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12.Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.


SORPRESA ESPIRITUAL ...... AQUI

Alégrate y ve!!


Las lecturas de hoy, nos hablan de los primeros momentos después de la Resurrección de Jesús.
Las mujeres fueron las primeras en ir a la tumba de Jesús. Tal vez acudieron a orar por sus hijos como les había dicho en el Viacrucis Jesús a las mujeres piadosas, tal vez fueron a llorar ante la pérdida de aquél que había hecho tantos milagros.

Asi que cuando fueron a la tumba y encontraron el sepulcro vacío se alegraron e iban contentas. En el camino Jesús resucitado les salió y las mandó decir a los discípulos que los esperaba en Galilea. En otro Evangelio se menciona que una mujer fué a la tumba, vió la piedra movida y fué a decir a Pedro que el cuerpo había sido robado.

Yo puedo imaginar la conmoción: La primera mujer corriendo a avisar asustada, Pedro y Juan entrando al sepulcro sorprendidos. Mientras por otro rumbo llegan las mujeres que al ver la piedra removida, se alegraron y corrieron a avisar.

¿Puedes notar la diferencia? Una fué sóla y sacó por conclusión que el cuerpo había sido robado.

¿Qué había sucedido para que una se asustara y las otras no?
Un ángel (mensajero de Dios) les dijo que Jesús había resucitado.
Ellas se alejan alegres y en el camino les sale al paso Jesús y les dice que lleven un mensaje a los discípulos.

En un Evangelio se habla de una mujer sóla. En el otro, de tres mujeres. La fé, la esperanza y la caridad significadas en ellas. Van con fé y esperanza a la tumba por lo menos a tocarla. Y con caridad para perfumar el cuerpo.
De nada sirve la oración sin fé y caridad. De nada sirve la caridad sin fé y esperanza y de nada sirve la esperanza sin oración y caridad.

El Espíritu santo hace la diferencia. Sólo aquellas que lo escuchan son capaces de ver a Jesús. El ángel anunció a María el advenimiento de Cristo, El ángel anunció a los niños la presencia de la Virgen.

Los ángeles que significa "mensajero de Dios" anuncian con alegría a Cristo Jesús!!!

Alégrate, llena de Gracia!!! le dijo el ángel del Señor a la Virgen María
Alégrense!! les dijo Jesús a las mujeres cuando se les presentó.
Y corran a decirle a mis hermanos que los espero en Galilea.

Alégrate, mujer!!! Jesús ha resucitado!!! Corre a decirle a todos que los espera!!!

Ese mensaje es directo a las mujeres. Corre, mujer a decirle a tus hijos, a tu esposo, a tus padres y a todo el que puedas que Cristo los espera!!!

Las mujeres antes de Cristo eran tan buenas y piadosas, lloraban y se compadecían, pero no tenían voz que valiera, ni eran escuchadas. Acudieron a la tumba para poder orar y llorar seguramente, por aquél que había movido su mundo, llevadas por su dolor y sufrimiento como la mujer enferma que tocó el borde del manto de Jesús. Y la Gracia de Dios se hizo presente una vez más.

La oración abre el sepulcro en que tus hijos, tu esposo, tus seres queridos se encuentran. Como a las mujeres piadosas, no basta llorar, hay que orar, hay que anunciar, hay que "llevar el chisme" a otros, así como llevamos tantos chismes que no nos llevan a nada bueno.

Que nuestra boca que sirve para inventar y chismorrear, sirva también para anunciar la buena Nueva: Cristo ha resucitado!!!

En la primera lectura y en la segunda se menciona que los fariseos se encargaron de propalar la noticia de que Jesús no había resucitado, sino que su cuerpo había sido escondido por sus discípulos. Cosa que hasta la fecha contínua: hay muchos que se encargan de negar a Jesús, a pesar de ver sus obrar y milagros.


Salmo 15,1-2.5.7-8.9-10.11

 R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor:
«Tú eres mi bien.»
 El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R/.
 Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.
 Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
 Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.

 Reflexiones de las Buenas Nuevas

Lunes de la Octava de Pascua
21 de abril 2014

Esta reflexión fue copiada con permiso de la autora, Terry Módica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo católico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. USA. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org/ReflexionesDiarias/index.html, registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2014.



Lecturas de hoy:
Hechos 2:14 , 22-33
Salmo 16:01 -2a , 5 , 7-11
Mateo 28:8-15

Judas es aquel al que amas


Siempre en éste tiempo, cuando escucho "¿Acaso seré yo, Maestro" de labios de Judás, mi cuerpo se estremece y mi alma tiembla.

Es un drama el que cada año se representa, del que se han hecho películas, escrito libros. Pareciera que Jesús fué traicionado por su amigo y todo es historia, sin embargo, éste drama se repite una y otra vez a lo largo de la vida de la Iglesia, de la vida de cada persona.

Siempre me ha parecido estar sentada en ésa mesa, alrededor de Cristo y escuchar sus palabras "Alguien me traicionará" y ponerme triste y pensar en mi interior: "que no sea yo, Señor". Y no porque todos sabemos que Judás se suicidó después de arrepentirse y querer devolver las monedas con que vendió a su Señor, sino porque es horrible traicionar a quien tanto nos ha amado.
Judás sabía que Jesús era buscado para matarlo y sin embargo, lo entregó. No puedo ni imaginar el porqué lo hizo, pero puedo imaginar el dolor de Jesús.

Y es que Jesús sigue vivo, sigue vivo en los que creen en El, en el Espíritu santo con que somos bautizados, sigue vivo en aquellos que amamos. Y sin embargo, hemos sido alguna vez Judás: cuando negamos a Jesús y sus enseñanzas y hacemos lo contrario; cuando le volteamos la espalda a quien necesita de nosotros.

No sé si te ha sucedido como a mí, cuando una persona pasa a tu lado y ves que necesita y te quedas callado y no preguntas en qué puedes ayudarle... y tiempo después te enteras que ha fallecido o que está en malas condiciones.... y tú no hiciste nada.

A mí me sucedió con mi propio padre. Estaba sin casa, con una mujer, con dos hijos. Y no se me ocurrió ofrecerle una habitación en mi propia casa. El partió a otro estado y tres años después lo asesinaron. Al ir a enterrarlo, ví las condiciones en que vivía y nunca lo había visto en un lugar parecido.

Ese dar por sentado que si alguien necesita de nosotros, nos lo va a pedir. Ese dar por sentado que no tenemos nada que ofrecerle a las personas, sobre todo a las que como mi padre siempre se las arreglan para salir adelante. Ese dar por sentado las cosas y no ofrecer ayuda, nos convierte en Judas.

De todo se aprende, y yo aprendí a no dar por sentado que mi granito de arena no sirve de nada. Y lo aprendí de la manera más dolorosa.
Recuerdo la cara con que me miraban las personas del lugar en donde mi padre fué asesinado. En ése tiempo, en ése lugar podíamos vernos mi hermana y yo, como personas "acomodadas" aunque no lo éramos, pero el lugar donde mi padre falleció era en verdad muy muy pobre.
Llegamos a enterrar a nuestro padre en carro, bien vestidas y arregladas según los parámetros de ése sitio.
Desentonábamos completamente entre la gente que juntando entre todos, dieron a nuestro padre un entierro digno. Y fué por ellos que lo asesinaron. Ahora sé que él pudo evitarlo, y no lo hizo por solidaridarse con ésas personas.

Mi padre tuvo muchos amigos a los que ayudó, a los que instruyó y que cuando necesitó no estuvieron a su altura. Algunos con posibilidades económicas, otros con un lugar que brindarle. Todos obtuvieron una ganancia de él. Y cuando los necesitó no estuvo ninguno.

Poco importa si uno se aprovechó y se quedó con el negocio que había iniciado, poco importa si otro se quedó con los conocimientos que le enseñó, poco importa si otro se quedó cerca de su madre, poco importa si otro olvidó la ayuda que le dió con sus consejos para incrementar sus utilidades, poco importa. Lo cierto es que todos finalmente se repartieron sus posesiones o sus conocimientos.

La vida me enseñó lo que mi padre sintió, cuando en mi propia carne lo viví. Un día partí hacia otro estado y pasé por lo mismo que él.

Sus hermanos lo desconocieron siempre, ya que era hijo de otro padre y quedó huérfano de él muy pequeño. Los tíos con los que creció al ser criado por sus abuelitos, lo desconocieron también. Así que siempre buscó el calor de los amigos.... y finalmente lo traicionaron.

Nunca pensamos que nosotros podemos hacer la diferencia en la vida de una persona....hasta que nos pasa en carne propia.

No esperes a que te suceda lo mismo, abre tu corazón.... y tu boca para ayudar a quien lo necesite aunque no lo solicite. No sabes si puedes dar esperanza a alguien o sostén con tus palabras.

Este salmo, podría haberlo entonado mi papá en ése sitio. Ahí él volvió los ojos a Dios y empezó a ir a la iglesia, a reconciliarse con Dios. Murió en paz, estoy segura.
Salmo
Sal 68,8-10.21-22.31.33-34


R/. Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.

La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay;
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre. R/.

Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/..


Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de Semana Santa
Abril 16, 2014
   

Esta reflexión fue  realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas© 2014

Diseño de Reflexiones para el alma


Las Bendiciones

"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición" (1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Juntos, como familia, celebremos los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones" (Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)   

Lecturas del Día:  
Isaías 50, 4-9
Salmo 69, 8-10, 21-22.31.33-34
Mateo 26, 14-25



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El miedo a perderlo todo


Hoy finalmente, los judíos deciden matar a Jesús.
Si hemos seguido las lecturas de Cuaresma, vemos cómo ha ido in crescendo los milagros por parte de Cristo y el enojo de los judios ante ello.

El sumo sacerdote del Sanedrín (que eran los que gobernaban al pueblo) temían "hacer olas" como decimos ahora. Temían que los romanos con su gran poderío derrumbaran todo. Cristo había creado mucha expectación, la gente se arremolinaba a su alrededor. La resurrección de Lázaro convenció a muchos de que era quien decía ser: el Hijo de Dios.

Mantenían al pueblo cargado con muchas leyes, sin poder de decisión. Temían perder sus privilegios dentro del régimen que los romanos implantaron en su país. Y Cristo era una molestia.

Como buenos ciegos, no veían más allá que lo que sus sentidos les decían, no entendían la trascendencia del mensaje de Cristo, enviado de Dios.

Ahora sabemos que Cristo venció a la muerte, que resucitó y subió a los cielos. Pero en ése entonces, los judíos no lo entendían porque nadie había resucitado antes.

De igual manera, cada uno de nosotros cuando nos aferramos a nuestros sentidos, actuamos como los judios, tememos perder lo que nos ha costado conseguir con tanto esfuerzo, tememos que venga alguien más fuerte y nos robe, tratamos de vivir sin "hacer olas", sin que nos vean los demás.

Sobre todo, aquellos que hemos tenido pérdidas fuertes en la vida. Vivimos atemorizados con volver a perderlo todo.

El pueblo judío era un pueblo rescatado por Moisés de la tierra del faraón, que vivió el éxodo tan penoso, que llegó a una tierra muy difícil, que trabajó muy duro para levantarla, que soportó la tiranía de los romanos en su propio país. Era un pueblo temeroso.

Cristo menciona muchas veces: "No tengan miedo"
Hemos visto que Cristo ha tratado durante su ministerio de hacer ver al pueblo judío que son hijos de Dios, que así lo dicen las Escrituras y ellas no mienten porque son la palabra de Dios.

El mensaje de Cristo trasciende el espacio, el tiempo. Muchos creían que venía el Mesías a rescatarlos del tirano, y Cristo no da en ningún momento señas de querer iniciar una guerra contra nadie, sino que su mensaje es de amor, amor que se hace sacrificio.

El pueblo judío vivía desmembrado: unos en un país, otros en otro huyendo del tirano o de la pobreza. La primera lectura nos habla de la promesa de Dios hecha a Jacob de darle un territorio y que ahí nacerían sus generaciones.

Cristo, el Nuevo Testamento, la Nueva Alianza de Dios con la humanidad también desea reunir a su rebaño, pero no sólo se refiere a un territorio específico o un país, sino a los hijos de Dios o sea los hombres.

Dios nos llama en dondequiera que estemos. No necesitamos reunirnos en un sólo lugar o en un sólo país para ser y vivir como hijos de Dios. Esa es la universalidad de la Iglesia: somos hermanos todos en Cristo, por Cristo y con Cristo.
Cristo sacramentado nos reúne en un mismo alimento, en una misma alma y en un mismo sacrificio.



Salmo
Jr 31,10.11-12ab.13

R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.


 Esta reflexión fué realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas
 Diseño de Reflexiones para el alma

  
Oremos por 
Papa FRANCISCO 
  

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En preparacion para la Semana Santa.

Tomas tu piedra y tiras?







A éstas alturas, seguramente ya te has dado cuenta cómo Jesús hace las cosas nuevas.

Podemos verlo claramente si leemos atentamente el Antiguo Testamento y lo que nos dice Jesús en el Nuevo Testamento. El primero, donde la fé y el hombre viven con temor.
El segundo, donde la fé y el hombre viven confiados en Dios Padre.

Hoy vemos a Jeremías siendo "acuchillado" con injurias y cuchilleos porque ha sido el profeta que Dios usó para decirles lo que no les gustaba escuchar: sus errores y pecados y sobre todo, los males a los que los conducirían. Y lo vemos pidiendo a Dios venganza por ello, ya que ha cumplido sólo su voluntad.

Vemos a Jesús decir a quienes deseaban apedrearlo por sus actos y palabras:
: «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis

Jesús los encara y confronta. Se llama a sí mismo Hijo de Dios, porque hace obras buenas como las hace su Padre que lo ha enviado y con el poder que El mismo le ha dado.

Antes de Jesús, hubo muchos profetas que fueron la voz de Dios entre los hombres, Cristo es Dios entre los hombres, puesto que es su Hijo y el Padre está en El.

Eso les suena a blasfemia a los judios de su época, tal como ahora podría parecerles a muchos.
Y en ésto está finalmente la relevancia de Cristo Jesús. Muchos hicieron milagros antes que El y muchos los siguen haciendo después de El, si vemos como milagros el que se encuentre cura para enfermedades, que se sostenga a pobres, etc.

No son los milagros lo que molestan a los judios, como no son las buenas obras las que molestan a aquellos que no son cristianos o que no creen en Cristo.
Es el que sea el HIJO de DIOS y por lo tanto, Dios mismo puesto que tiene la autoridad que El Padre le ha dado.

Muchos creemos en Dios, se le dan diversos nombres, pero finalmente lo vemos como un Dios al que no se puede ver ni tocar. O lo vemos como un humano que tiene poder.
Y en Cristo Jesús se unen la divinidad que no se puede tocar ni ver y la humanidad que comparte con nosotros. Por éso El es el mediador entre Dios y los hombres, es el Hijo de Dios.

Un nombre que los judios de su época no aceptaron, porque según la Ley ellos eran "dioses". Recordemos que habla a los gobernantes, los que hacen las leyes de su época y a quien en  el Salmo 82: Salmo de Asaf.así se les llama "dioses que juzgan"

Ese es el problema y por lo que quieren apedrearlo. Jesús pasa entre ellos y se retira como lo ha hecho en otras ocasiones. 

Cristo no pide venganza de su Padre, sino perdón "porque no saben lo que hacen"
Cristo se retira y los deja para que reflexionen.

De igual manera, lo hace con nosotros. La Biblia es la Palabra de Dios, pero no es sólo para leerla o entenderla, sino para que ayude a un cambio en nosotros, para que dejemos de ser "dioses que juzgan" y seamos capaces de amar a los demás, de ayudar a los demás, de ver a los demás como Dios nos ve: como sus hijos, como hijos de Dios.

Cuando amamos a los demás, empezamos a verlos como hijos de Dios tal como Jesús nos dice. Entonces no podemos dejar sufrir al otro sin ofrecerle nuestro consuelo; no podemos ver que pase hambre sin intentar hacer algo; no podemos dejar que tenga frío, sin intentar cubrirlo. No podemos reducir nuestro criterio o pensamiento a vivir de acuerdo a las leyes que pueden ser buenas o malas, de acuerdo a cada país o lugar y que pueden llegar a esclavizar al otro.

Por éso deciden apedrear a Cristo:  !!!por amar!!!

Y por éso finalmente, lo mataron con la peor muerte que encontraron en su tiempo.
Y por éso, nosotros mismo seguimos apedreándolo cuando ignorámos al que sufre, al que llora, al que tiene hambre, al que tiene frío, al que no sabe, al ignorante.
 
Salmo
Sal 17,2-3a.3bc-4.5-6.7


R/. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R/.

En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios.
Desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R/.

Reflexión realizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas
Diseño Reflexiones para el alma

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En preparacion para la Semana Santa.

Escuchar y seguir a Cristo





Abraham como hemos visto, fué llevado con toda su familia por Dios a unas tierras a las que dió como heredad perpetua, donde fué fecundo y de él nacieron reyes y nacieron pueblos. Dios cumplió su pacto con él, como nos dice la primera lectura.

Cristo habla ahora ya no de una tierra, ya no de un lugar en específico. Cristo propone a sus discípulos una nueva tierra, la tierra celestial, la gloria del Padre por quien fué enviado.

Cristo habla a los judios de la vida eterna, de la vida más allá de la muerte del cuerpo y lo insultan y lo llaman endemoniado. Le preguntan cómo es posible que asegurara haber visto a Abraham si es muy joven para ello.

¿Cuántas veces, nosotros somos como los judíos, cuántas veces nos negamos a escuchar a otras personas sólo porque son jóvenes o porque piensan distinto a nosotros, o porque son pobres o porque los vemos mal vestidos o porque son viejos o porque no estudiaron, o porque...?

Recuerdo alguna vez a mi mamá acudir a mi casa a buscar un consejo sobre una situación específica, tomar en cuenta mi pensar y no por ello, su autoridad como madre disminuyó ni un ápice.

Recuerdo a mi mamá preguntarme porqué había hecho tal o cual cosa y estar de acuerdo con lo que había realizado.

No porque yo fuera más sabia que ella, ya que ella vivió mucho más que yo, sino porque mi madre era humilde y aceptaba ideas nuevas que pudieran ayudarla.

Y es que los jóvenes tienen mucho que decir. No porque no sea uno madre físicamente, no puede uno opinar sobre hijos, ya que hemos sido hijos.
No porque uno no esté casado, no puede opinar sobre el matrimonio, ya que provenimos de uno ya sea formado por padre, madre, hijos y familiares o porque provenimos  de los ahora llamados "familias disfuncionales"

Yo ví a mi mamá sostener a su familia a pesar de las mil y una pruebas a la que el mundo la enfrentó, a pesar de sus propios errores. Dios la llamaba constantemente y ella no alcanzaba a entender cómo abrir la puerta seguramente, porque mi mamá oraba mucho, buscó a Dios en varios lugares hasta que finalmente llegó a su vida y su vida y la nuestra, cambió para bien.

Conozco personas que no quisieron escuchar una voz, porque era más joven que la suya, una voz que les propuso lo que les  parecía algo cruel: cargar su cruz y dejar que sus hijos cargaran con la suya propia. Y en ése no abrir el oido y menos el corazón, terminaron por hacer el camino de sus hijos más pesado.

Yo podría pensar ¿cómo es posible que se esté uno dando de golpes con la pared todo el tiempo si ése camino no te ha llevado a nada bueno? Si pasa y pasa el tiempo y las cosas van peor o vamos dando tumbos por la vida: unos días bien y otros días mal y unos regular. Tal vez lo que hemos hecho porque asi lo hacemos, no sea lo correcto.

Jesús dice hoy como hace mucho tiempo: «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»

La vida eterna es el lugar al que Cristo desea llevarnos. Y tal vez te estarás preguntando como muchos: ¿entonces debo sufrir todo el tiempo para poder ser digno de ir al Cielo?
Y yo te podría contestar: ¿Cristo cargó su cruz toda su vida?

La cruz en nuestras vidas se presenta en los momentos en que el sufrimiento se presenta y es de una manera como en gotas. Nosotros no somos capaces de cargar con una cruz como la de Cristo y Dios lo sabe. El mismo Jesús nos dice que al lugar que El va, nosotros no podremos ir.
Sin embargo, nuestras pequeñas cruces aunque a nosotros nos parezcan grandes no son en nada como la que Cristo llevó.

La vida eterna podemos empezar a vivirla aquí como a Abraham le fué prometida, porque fué hecha por el mismo Dios que prometió através de Cristo la vida eterna en el Cielo.

Cuando logramos entender ésto, nos damos cuenta de lo hermosa que es nuestra cruz que nos acerca a Cristo en sus padecimientos y nos damos cuenta de lo hermosa promesa que Dios nos ha hecho através de los profetas anteriores a Jesús, porque El no vino a acabar con nada, sino a llevar nuestra vida a la perfección.

Como El mismo dice: El estuvo antes de Abraham y estará por siempre, hasta el fin de los tiempos.

Salmo
Sal 104,4-5.6-7.8-9


R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a lsaac. R/.

Reflexión de Laura Aguilar para Puntadas católicas.
Lecturas del día:

Lecturas de hoy:
Génesis 17, 3-9
Salmo 105, 4-9
Juan 8, 51-59

Sólo los discípulos de Jesús son dignos de compasión?


A veces nos aferramos a nuestras ideas, a nuestras costumbres aunque veamos que no nos han acarreado nada bueno. A veces nos aferramos a un lugar, a un ambiente, a unas personas y nos negamos a dar un salto hacia un lado u otro. 
Vivimos llenos de miedo al cambio

Abraham recibió el llamado de Dios para ir a otro lugar.  Tomo a su esposa, sobrino y seguidores  y emprendió la marcha con sus rebaños. Seguramente tenía familiares que quedaban atrás, tierra, etc. El obedeció el mandato de Dios de dirigirse al lugar que le sería dado donde tendría descendencia y prosperidad. El es el Padre del pueblo judío, de él nació ésa nación.

Jesús menciona a Abraham a sus discípulos, en el Evangelio de hoy, porque ellos se han acostumbrado a vivir conforme a unas costumbres, unas leyes que han dejado de ser adecuadas, que los han llenado de una vida de pecados ocultos, que ha llenado al pueblo de injusticias.

Jesús les increpa que no quieran escuchar su voz, que ha sido enviado por el Padre, el mismo que habló a Abraham.

El pueblo judío es una vez más esclavo de sus pecados y se niegan a un cambio, pues todo cambio necesariamente implica alteración,  Cristo llama a sus discípulos a cambiar. Nos llama a nosotros, a cambiar.

Seguramente has "sufrido" alguna vez el inconveniente de una obra pública que por meses puede alterar el ritmo de tu vida. Recuerdo por ejemplo cuando construyeron la ampliación del Periférico, todos nos vimos afectados: los camiones y autos debían tomar otros caminos, otras calle, los negocios ya puestos en dichas avenidas se veían momentáneamente beneficiados, mientra los que estaban en las calles donde se construía el periférico soportaban la falta de clientela, la ida a las ecuelas o cenros de trabajo también sufrió alteraciones. En fin, se aceptan los inconvenientes porque se tiene la esperanza de vivir un poco mejor después.

Los judíos se negaban a cualquier cambio, se negaban a ver a los enfermos que se acumulaban; a los ciegos que esperaban ser curados, a los hambrientos que sufrían. Cristo les recuerda que Abraham, con quien Dios hizo una alianza, obedecía a Dios ante todo.

Y ahí podían ver al mismo Hijo de Dios, obrando milagros, sanando, resucitando, llevando a la perfección la palabra de Dios y se negaban a entenderlo por su maldad.

También nosotros nos negamos  a creer a Dios cuando nos dice que seamos compasivos con los demás, que los veamos como hijos de Dios, que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, aunque ello signifique privarnos de bienes que compartir, aunque ello signifique privarnos de comodidades para que otros también se beneficien.

Es sencillo hacerlo con nuestros familiares o amigos, como en el caso de los discípulos de Jesús, pero hacerlo con aquellos que no lo son, no lo es tanto. Cerramos nuestro corazón por miedo a perder riqueza y corremos el riezgo de terminar como el rey Midas; llenos de oro y sin poder comer nada, porque todo lo que tocamos se vuelve de oro.

Confíemos en Dios, confiemos en Jesús, sigamos sus mandatos sin miedo a que nos falte lo necesario.
Abraham confió, dejó atrás tierra conocida, familiares, comodidades, para hacer la voluntad de Dios.
Y ésa no es otra que "Amar a Dios por sobre todas las cosas, al prójimo como a uno mismo"

Cristo nos dice através de sus discípulos que nos mantengamos junto a El para ser libres del pecado en nuestras vidas. Esto es: orar, tomar la Eucaristía, vivir en comunidad, ayudarnos nos a otros.



Reflexiones de las Buenas Nuevas
Miércoles de la Quinta Semana de Cuaresma
Marzo 12, 2014

Esta reflexión fue ralizada por Laura Aguilar para Puntadas católicas
Diseño de Reflexiones para el alma

© 2014  

Las Bendiciones
"Bendigan, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición"
(1 Pe 3,9).

Bendíganse en todo momento, al despedirse, al acostarse, al saludarse...

Juntos, como familia, celebremos los dones que Dios nos da cada día. Bendecir los alimentos, bendecir la casa, bendecir el trabajo, es rogar juntos para que, todo lo bueno que Él nos da, nos fortalezca y nos haga vivir como hijos e hijas suyos.

"Dijo el Señor a Abram: Yo haré de ti una nación grande y te bendeciré. A Saray, tu mujer, yo la bendeciré y de ella suscitaré naciones"
(Cfr. Gén 12,1-2; 17,15-16)


Lecturas del Día:
Daniel (3,14-20.91-92.95)
Salmo Dn 3,52.53.54.55.56
san Juan (8,31-42)

La serpiente: ¿muerte o vida?



  

Seguramente alguna vez te has preguntado porqué el símbolo de la medicina es una serpiente enredada en un palo y elevada. Pör lo menos yo me lo pregunté.

Cuando el pueblo judío era llevado de Egipto a la tierra prometida, muchos deseaban regresar, el camino se hacía arduo, extrañaban el alimento, las pocas pertenencias que tenían en el lugar de su exclavitud y empezaron a hablar mal de Moisés y de Dios que los hacía padecer tanto.

Entonces Dios permitió que serpientes los picaran y murieron muchos. Espantados, acudieron a Moisés a quien Dios dijo que levantara una serpiente y aquellos que la miraran, quedarían sanados.

Si nos quedamos hasta el relato, podemos entender el que se haya tomado ése signo como el de la Medicina, sin embargo no debemos olvidar que son sólo signos que Dios nos da, que debemos profundizar en el sentido que tiene en nuestras vidas la palabra de Dios.

¿Cuántas veces nos quejamos de nuestras carencias? ¿Cuántas veces aún como católicos, aún cuando hemos sido liberados de muchas cadenas que hacían nuestras vidas pesadas nos quejamos de Dios porque esperamos que nos dé una vida nueva, con lujos o comodidades. Pensamos que la tierra prometida está a la vuelta de la esquina y nos deseseparamos al ver que pasan y pasan días y no se ve el lugar.

Recuerdo a un sobrinito al que llevamos de paseo. Era la primera vez que salía en un viaje más lejos de 2 horas y estaba desesperado.
Había salido de la casa con ilusión, iba jugando entretenido, pero el ansia de ver el lugar al que se le invitó y oyendo lo maravilloso que era, empezó a desesperarse.
"¿Cuando llegamos, tía?" preguntaba
"Ya mero, nadamás pasamos el cerro" era la respuesta.

El volvía a sus juegos y a entretenerse mientras avanzábamos, pero veía un cerro pasar y otro cerro y no veía para cuando poder echarse un clavado en el mar.
¿Cuando llegamos, tía?"- Volvió a preguntar

"Cuando veas palmeras" Fué la respuesta. Y empezó a pelar los ojos en busca de las palmeras que no se aparecían por ningún lado. Nadamás veía huizaches. Así continuó por todo el camino.

Su hermano se dedicaba mientras tanto, a disfrutar el paisaje, a conversar con nosotros, a cantar como todos. Seguramente también tenía hambre pues viajamos en la tarde y los restaurancitos o puestos de la carretera donde normalmente comíamos, estaban cerrados y no queriendo alguna sorpresa desagradable seguimos el camino sin comer mas que unas pocas frituras.

Su viaje fué pesaroso, difícil a diferencia del de su hermano que confiaba en nosotros y en lo que se le había dicho.

Finalmente al llegar, a la vista del espléndido espectáculo que es una playa de noche no lo  disfrutaron igual: uno iba cansado, hambriento y no tenía ni ganas de ver lo hermoso por gastar sus energías en quejas. En cambio para su hermano, todo fué tan bello, cada palmera, cada luz en los cerros reflejada en el mar lo dejaron boquiabierto.

Dios quiere que confiemos en El, aunque el camino sea pesaroso. Finalmente el lugar al que Cristo nos conduce debe ser tan hermoso como lo promete.

Ese "Toma tu cruz y sígueme" sigue siendo vigente para todos nosotros. Disfruta tu viaje, a pesar de pasar un poco de hambre o fatigas, aunque a veces se tengan los pies cansados. Tarde o temprano, podremos disfrutar de las bellezas prometidas.
Salmo
Sal 101,2-3.16-18.19-21

R/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti

Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco, escúchame en seguida. R/.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.
  


Oremos por  
FRANCISCO 



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En preparacion para la Semana Santa.